31 de diciembre de 2008

El Béisbol en Río Caribe - Se crean seis equipos de Béisbol

Ya la llama estaba prendida y todos los muchachos jugaban pelota hasta en la calle con bolas de papel arrugado. Los empleados de la Oficina de la Buba siguieron practicando todas las tardes en el Estadium de Sabaneta y hasta le pagaban a un muchacho para que limpiara en campo de piedras y poco a poco fuera quitando los “troncones” que habían quedado al quitar las matas, Los fines de semana, especialmente, los domingos en la mañana, se jugaban partidas con equipos formados al azar en el propio campo. Iban en aumento los muchachos que tenían verdaderos guantes de béisbol que alternativamente se prestaban al contendor en cada iining. Surgieron los grupos y sectores que querían formar equipos organizados, pero la delantera se la llevó el equipo de los Empleados de la Oficina de la Buba, que seguían practicando y semanalmente se reunían para darle consistencia al Club. Se constituyó al fín y por insistencia del Dr Abreu consiguieron la donación de los uniformes e implementos. Ya vinieron los uniformes con el nombre de “BUCHIPLUMAS B.B.C.”, con los números a la espalda. Este Club lo conformaban, además de Abreu y Sucre, otros dos empleados de la Oficina y un grupo de muchachos entusiastas que se unieron al conjunto. Después se le agregaron los hermanos Angito y Licho Bejarano, con alguna experiencia en el juego. Su meta era vencer a Carúpano, eterno rival, que estaba mucho más adelantado y de hecho tenía un super equipo juvenisl llamado “Las Estrellas de Cuba”, con triunfos acumulados contra clubes de Margarita, Cumaná y Maturín. En ese equipo militaba “Camaleón García “, el Mocho García, Lalo Pazos y otros más. Abreu contrató a tres jugadores de Carúpano para que entrenaran los fines de semana a sus novatos. Esos jugadores fueron: el célebre “Chulinga”, pitcher e infilder. “Cocoyé” Cedeño y nuestro paisano Peruchito Millán.
Esa iniciativa organizativa tuvo su repercusión y casi de inmediato, la Cooperativa Pesquera, encabezada por su Presidente, Andrés Alfonzo, empezaron a reclutar peloteros, viejos y jóvenes, para formar el Club “ MARINOS B:B C” y se inscribieron decenas de muchachos del Sector del Puerto y el Barrio El Poblado. Entre sus miembros recuerdo: a los hermanos Fuentes, llamados Juan María, “La Polla”, “Toto” y Sixto, Raúl Marín, un buen pitcher que comparaban con Julio Bracho porque dominaba a los bateadores con una bolita floja, pero enrevesada, Miguel Mañú y su hermano Arturo “Cachimbo” Navarro, Oscar Romero, Pachico Saldivia, un pitcher pequeño, pero curvero, el Negro Otilio, Catcher y jonronero, Juan Pancho el blanco y Juan Pancho el negro, Andrés Veliz, Chequelito y Eloy Guerra, Carlos el negro, Ramón Pérez, Dieguito el de Joaquina y otros. Rápidamente empezaron a cotizar para comprar los uniformes, los implementos, las pelotas y los bates. Igualmente, escogieron un terreno baldío, ubicado en la parte alta de la Playa de Tomás Guerra, que es amplio y llano y de una vez comenzaron a limpiarlo para tener su propio Estadium. 

30 de diciembre de 2008

El Béisbol en Río Caribe - Empieza el Furor por el Béisbol

Venezuela concurrió por primera vez a un Campeonato Mundial de Beisbol Amateur en el año 1.940, con un equipo improvisado y sin la consistencia necesaria. Esta se efectuó en La Habana, Cuba y no obstante las circunstancias, quedamos en cuarto lugar, detrás de Cuba, Santo Domingo y Panamá. Para el año siguiente, Venezuela se preparó concienzudamente y escogió una selección numerosa, integrada por jugadores de todo el País y luego de su concentración y de realizar prácticas intensas, se organizó un equipo bastante bueno, por lo menos, mejor que el del año anterior y con gran mística y nacionalismo, a sabiendas que en ese certamen estaría presente la flor y nata del béisbol del Caribe y que Cuba era un Conjunto de luminarias acostumbrados a ganar, con un pitcheo extraordinario. Se llevaron como Manager y Catcher, al Pollo Malpica y como representante y delegado al periodista deportivo Abelardo Raidi. Todos los juegos eran batallas duras y nuestro equipo fue logrando triunfos que conllevaron a un juego decisivo contra Cuba, que lucía super blindado Cuba presentó para ese juego a su pitcher estrella Conrado Marrero, mientras que nosotros presentamos a un lanzador joven e inteligente, de nombre Daniel Canónico. Nuestro delegado, el periodista Abelardo Raidi, mediante una habilidad notable, había logrado que el juego se pospusiera por un día, para tener un descanso de la lucha que había protagonizado con el equipo dominicano para lograr la clasificación.
Aquello fue un juego de rompe y rasga, en el cual el equipo venezolano logró vencer a Cuba, contra todos los pronósticos.y se tituló Campeón Mundial de Beisbol Amateur. Esa victoria causó en Venezuela una alegría indescriptible, tanto para el Gobierno como para toda la población . Se celebró rumbosamente en cada ciudad y en cada pueblo y se aprestaron a recibir a nuestros valientes héroes que regresaban, a los pocos días, en un buque de la Armada, que fue enviado por las máximas autoridades. El recibimiento fue apoteósico. Multitudes bajaron a La Guaira para recibir a nuestros atletas, que se hicieron los más populares y los más queridos del pueblo venezolano y sus nombres eran voceados por toda la juventud y la niñez. 
Amainada la euforia inicial, hubo una Empresa que quiso capitalizar el entusiasmo del pueblo y constituyó un nuevo equipo de béisbol integrado por casi todos los jugadores campeones y lo bautizaron “Cervecería Caracas” con sede en el Stadium San Agustín, que tenía como lema y característica invariable, su calidad de equipo de “puros criollos”, que se convirtió en el preferido de las “mujeres bellas” y cada vez que jugaba, abarrotaba las tribunas y los bleachers, agotando las entradas y no era raro ver en los cerros vecinos y en los edificios cercanos, centenares de “ fanáticos “ que lograban ver los juegos sin pagar entradas. Se creó la Liga de Beisbol Prefesional, que organizó un Campeonato con participación de los Equipos: Vargas, Magallanes, Pampero, Valencia y Venezuela.. Todos se armaban con jugadores conocidos y se reforzaban con “importados”, que eran norteamericanos, cubanos y dominicanos.
Todas la ciudades y pueblos se entusiasmaron con el deporte, organizaron equipos de jóvenes y hasta infantiles, algunas empresas aportaban recursos para comprar implementos y para acondicionar campos.
. Río Caribe no fue ajeno a ese entusiasmo y aumentó en forma considerable el número de participantes grandes y chicos.. En Carúpano se agotaron las existencias de guantes, pelotas, caretas, bates, chingalas y gorras. La Empresa “Cervecería Caracas” se convirtió en financista del Equipo y comercialmente aumentó la demanda de sus productos y con el fín de incrementar sus ventas y dar a conocer el deporte, organizó una gira del equipo por todo el País y hacer juegos de exhibición en pueblos y ciudades.. Para Oriente se escogieron las ciudades de Barcelona, Porlamar, Cumaná, Carúpano y Río Caribe. Se esperaba con ansia el arribo de ese equipo, integrado por jugadores míticos, que por primera vez daban la oportunidad de verlos en acción. El manager de ese equipo era : “el chivo Capote” y los jugadores eran; “el mono Zuloaga”, Antonio Briñez, Jesé Antonio Casanova, Luis Oliveros, José Pérez Colmenares, “Dumbo” Fernández, Rafael Olivares. Guillermo Vento, Enrique Fonseca, Luis Romero Petit y Héctor Benítez Redondo. Aunque eran exhibiciones, las victorias del Cervecería Caracas eran apabullantes. Los caraqueños tenían que jugar a media máquina, para no agotar las pelotas. En Río Caribe, donde no había estadio. parapetearon el “peladero” de Sabaneta y todo el pueblo se volcó a ver el juego de béisbol, con los lanzamientos del “Mono” Zuloaga, los tiros a las bases de Enrique Fonseca, las atrapadas de Romero Petit en Tercera Base y en general, las maravillas que hacían los jugadores.
Naturalmente, el béisbol ocupaba todas las conversaciones y las acciones. Todos eran jugadores en potencia.
En los Estados: Sucre, Nueva Esparta, Anzoátegui, Monagas y el Territorio Delta Amacuro, se presentaba como endemia la enfermedad de la “buba”, que afectaba enormemente a la población y ello obligó al Gobierno Nacional a efectuar una campaña antibubónica en todo el País. Para toda la zona de Cumaná, Carúpano, El Pilar, Río Caribe, Tucupita y la Costa de Paria, se abrió una Oficina Coordinadora, dirigida por el Médico Especialista Carlos Abreu y lo técnicos: Alfredo Sucre, Rafael Perdomo y Simón Sardi quienes tenían a su cargo el tratamiento de las enfermedades y la aplicación de vacunas. El Dr. Abreu era un fanático del beisbol y aunque no fildeaba, ni bateaba y era malo en todas las posiciones, se dedicaba todos los días a prácticar junto con sus empleados y otros entusiastas al juego de béisbol y su actividad tuvo mucho que ver para la creación de un equipo de béisbol que bautizaron con el nombre de “Buchiplumas”, que fue la matriz para organizar otros equipos y participar en un Campeonato Distrital, del cual saldría el Campeón Estadal, que competiría con otros Estados 

28 de diciembre de 2008

Personajes Importantes de Río Caribe - Familia Luciani sin Plata

Estuve a punta de identificarlos como los Luciani pobres, pero es que ellos no eran pobres, ya que tenían haciendas, una tremenda casa haciendo esquina con la Plaza Bolívar, buena reputación y aprecio. No conocí a los dueños de casa, porque el señor estaba siempre en su Hacienda y la esposa, atendiendo su hogar. Recuerdo que el matrimonio tuvo 4 hijos. El primero creo que se llama Francisco, era para entonces un larguirucho parlanchín con anteojos, que muy joven se fue de Río Caribe para Maracay o Valencia y allí formó su familia. El segundo fue hembra,de nombre Josefina, muy célebre, ya que fundó la Tropa de Girls Scout y siempre estaba en los actos sociales. Era una gordita pequeña y de lentes al aire, muy bonita y con gestos hombrunos, pero un dechado de simpatía y cordialidad. El Tercero fue Chuchú, también medio gordito y que después de estudiar se fue a trabajar a una de las Islas Menores en el área del Caribe y ocupó un alto cargo en una Compañía Transnacional. En el pueblo le echaban bromas porque siempre usaba zapatos “guachicones” blancos y decían que esos bichos producían “Chicote” y se ponían hediondos. La última fue Lucrecia, un amor de mujer, sencilla, simpática y conversadora. Usaba lentes al aire y junto con Josefina, formaba parte de la Tropa de Muchachas Exploradoras. 
Incluyo esta familia en este escrito, en mi deseo de nombrar al universo de grupos familiares que nacieron y vivían en Río Caribe y a medida que recuerdo los voy incluyendo sin orden ni concierto. No obstante los años transcurridos y que yo no entré nunca a esa casa, recuerdo como hoy la entrada a la misma, con un piso reluciente que daba a un zaguán, que el entreabrirse dejaba ver a un corredor donde estaba en primer plano, un juego de muebles de Venecia, formado por dos mecedores, cuatro sillas y un sofá, con una mesita en el centro, adornada con una mata sobre un mantel. El resto del corredor estaba libre, también con piso reluciente, rodeando un jardín que estaba en el medio de la casa con matas de flores de diferentes colores. Después de muchos años Lucrecia se casó con Marco Aníbal Sánchez, un muchacho de San Juan de Colón en el Estado Táchira, de muy buena familia y con quien mantuve amistad por intermedio de mi esposa, que es de esa zona. Lamentablemente Marco Aníbal murió y transcurridos años de viudez, Lucrecia se casó con un señor extranjero, a quien conozco y es un hombre muy educado y distinguido. 

El Béisbol en Río Caribe - Los Primeros Tiempos

Desde mi infancia, allá por los años de 1.938-40 empecé a oír sobre las hazañas de algunos jugadores de béisbol, que lograron vencer a equipos de Carúpano, Margarita y Cumaná. Se nombraba a un tal Juan Cedeño, que apodaban “Juan Paela” que pichaba durísimo y los contrarios iban cayendo estroncados uno tras otro. Bateando era un coloso y normalmente botaba la pelota de jonrón.. Como a mí desde entonces me gustaba el béisbol, repetía constantemente esas proezas. Me nombraban también a un catcher que llamaban Chevo, que sacaba la patica cuando recibía la pelota y de Cayito Rondón, que hacía maravillas en la Primera Base, de “Cocuyo” que jugaba el Left Field, de “Gamboíta” que jugaba Centro Field, de Perucho Millán, un histórico Short Stop y mas adelante se hablaba de Pastor Aguilera, un catcher sólido y de Segundo Adrián, un pitcher curvero. Ambos fueron firmados por las Compañias Petroleras para jugar béisbol..
Había otros de diferentes categorías, tales como Benito Gutiérrez, un pitcher a quien su manáger obligaba a comer tomate pintón, para darle fuerza a los brazos.y en algún momento hizo su aparición un jugador extraordinario llamado Victor José, que todo el año estaba jugando pelota en los centros deportivos del País, que lo contrataban por ser un pitcher zurdo ganador, un bateador de respeto y una Primera Base de postín. Jugó el la Liga Profesional de Beisbol, con el equipo Venezuela de Juan Antonio Yánez, “Yanesito” e inclusive incursionó en el béisbol mayor jugando en un equipo de Liga Menor de USA.
Aúnque en Río Caribe no había campos de béisbol propiamente dichos, se jugaba frecuentemente en seis campos abiertos, llamados en orden de importancia: Sabaneta, que era el más grande y señalaban las líneas con cal y que mas tarde le hicieron una pequeña tribuna con techo de zinc, pero sin asientos, La Tena, en Wate Cochino o 14 de Febrero, La Jabilla Grande, al final de la Calle Chamberí, la Jabilla pequeña, donde jugaban los más pequeños, el Alambique, que quedaba frente al Molino y La Punta, en la Calle La Marina.
No habían guantes de cuero, sino que cada quien utilizaba su propia habilidad y fabricaba su guante de lona, de dos dedos, el pulgar y el resto, como un guantin de Primera Base. Se marcaban el la lona y se cortaban tres capas, dos para rellenarlos de barba de jabillo, y la otra para introducir la mano. Los bordes se cosían a mano con hilo encerado, cuidando de meter bastante barba de palo, de manera que al secarse totalmente y asentarse con los golpes de la pelota, quedara un guante suave, con el cual se hacían atrapadas fenomenales. Por supuesto, no había zapatos de ganchos y los más habilidosos, compraban aparte esos ganchos y mandaban a ponérselo a unos zapatos normales, con los cuales no se resbalaban, pero la mayoría de los muchachos jugaban con alpargatas. Tampoco había pelotas de béisbol, pero sí unos improvisadores que las hacían, agarrando una piedra pequeña y la forraban con tiras de tela, tratando de redondearla lo más posible y pegándolas con tiras de adhesivo. Luego le ponían una o dos tiras de tripas de caucho, cortadas muy finas. Finalmente se le pasaban dos tiras de adhesivo fuerte y se empezaba a coser con aguja para lona e hilo encerado, siguiendo la norma de redondearla hasta donde fuera posible.e igualmente, mantener un peso adecuado. Al terminar una pelota, esta era fuerte y compacta, sobresaliendo en la superficie los nudos del hilo encarado. Los catchers no usaban caretas, ni petos, ni chingalas y mucho menos, copas protectoras de genitales, por lo cual era frecuente que recibieran fauls en la cara o en el cuerpo, por cuya razón nadie quería jugar de Catchers. No había uniformes y algunos usaban gorras fabricadas con retazos de tela fuerte, con viseras de cartón. Los bates eran de madera dura y resistente, generalmente de guayabo o palosano, nunca rectos, sino con curvas muy marcadas.
Había bastante practicantes del deporte, involucrándose hasta la Iglesia, ya que el cura párroco, Paulino Satrustegui, era entusiasta del béisbol e inclusive, él jugaba algunas veces el short stop sin quitarse la sotana. Yo me jubilaba cada vez que podía, para ver los distintos juegos y lamentaba ser tan mal jugador, que solo podía ser espectador.
En Río Caribe se practicaba ese simulacro de béisbol, con todas las fallas que podía haber, pero se usaban otros tipos de deportes afines, tales como el juego en calles y aceras, con dos bases, incluyendo juegos con pelotas de golf que se conseguían en los campos petroleros, también se usaban pelotas de goma, que se bateaban con tablas y pelotas de tennis que se usaban en la orilla de la playa, por su capacidad de flotar. Habían una pelotas de balatá, que eran fofas y elásticas y salían mucho, razón por la cual los files tenían que ubicarse a una considerable distancia y las bases, al doble de la distancia entre unos y otros..
Río Caribe tuvo un Mecenas en el béisbol, que en todo momento estaba presente para prestar su ayuda a los equipos y actuaba como representantes de estos en los encuentros interregionales. Ese era Luis Felipe Luciani, un entusiasta del béisbol que cargaba con los gastos de su mantenimiento y fue un deportista cabal en todos los aspectos. Otros fueron Ucho Zapata y su cuñado Lorenzo “La Picoca” Galdona..

26 de diciembre de 2008

Perfiles de Río Caribe - La Revista "El Farol" y otras Publicaciones en Río Caribe

“El Farol” era una revista mensual, publicada por la Empresa Creole Petroleum Compani con circulación nacional `por suscripción gratuita con distribución por intermedio del Correo. A Río Caribe llegaban mensualmente un centenar de revistas, debidamente nominados, pero cuando los pobladores y especialmente los estudiantes, se enteraron de que con el envío de una carta solicitando una suscripción, lo lograban de inmediato, empezó el bombardeo de solicitudes, las cuales eran satisfechas por la Empresa, quien tenía un Departamento de Publicaciones bastante bueno, con periodistas que producían una revista interesante, con material reciente, reportajes sobre problemas nacionales, fotografías de paisajes nacionales, personales y lugares. Utilizaba papel satinado y su impresión era impecable, así como su encuadernación.
La Oficina de Correos era pequeña y tenía solo dos empleados: Don Jesús Franceschi que era el Jefe de Oficina y el repartidor que era Leo González. En ese tiempo, muchos riocariberos habían emigrado del pueblo dejando en él su familia y mensualmente le mandaban dinero, mediante giros postales o telegráficos, que al no haber Banco en la localidad, se cobraban en la Oficina de Correos, para lo cual el Ministerio de Hacienda le depositaba la cantidad de Treinta Mil Bolívares cada mes, por intermedio del Banco de Venezuela en Carúpano, no siendo rígida la fecha de depósito. 
La Escuela Rojas Paúl quedaba al frente del Correo y la Escuela José Silverio González, tres cuadras más allá y muchos de los estudiantes se habían convertido en suscriptores del Farol y de otras revistas de distribución gratuita, por lo cual empezaban durante principio de mes a pasar por el Correo y preguntarle: ¿ Señor Jesús, llegó El Farol?. y esa pregunta era repetida una y otra vez, por estudiantes varones y hembras. Eso era un fastidio y no dejaban trabajar, hasta que ponían un aviso que decía ¡ No ha llegado El Farol ¡ y aún así seguían preguntando a los empleados una y otra vez. El paquete de revistas llegaba cada vez más grande y cada una tenía el nombre del suscritor, por lo que Don Jesús ponía el paquete sobre un cajón para que los suscritores buscaran por sí mismo la revista que le correspondía. A ese montón de muchachos buscando El Farol se sumaron las familias que habían recibido las tarjetas o los telegramas avisándole que acudiera a la Oficina de Correos para efectuar el cobro del giro enviado, pero que dado lo exiguo de la suma que le depositaban en el Banco de Venezuela, no alcanzaba para pagarle a todos y había que esperar nuevas remesas, pero los interesados acudían todos los días. 
Al principio, Don Jesús era paciente y comprensivo, pero llegaba un momento en que lo sacaban de quicio, sobre todo al crecer el volumen de correspondencia,, cuando los muchachos y la gente en general, empezaron a mandar cartas de suscripción a las revistas “El Agricultor Venezolano” del Ministerio de Agricultura y Cría y “Tricolor” del Ministerio de Educación. y acudían a la Oficina con el mismo requerimiento.
Para ese entonces la gente leía mucho y cuando recibían la oferta de la Revista “Selecciones de Reader Digest” que por una cantidad infima le enviaban la publicación e inclusive los libros condensados, que con regularidad producían, se inscribían como clientes. Igual sucedía con una oferta que hacían desde USA por métodos y cursos para estudiar Inglés por correspondencia , reparación de radios, mecanica automotriz y otras profesiones por correspondencia. Del mismo modo los muchachos recortaban los avisos para los cursos de Desarrollo Fisico que dictaba Charles Atlas o propaganda de los Rosacruces.. Río Caribe vivía pendiente del Correo para reclamar su correspondencia o su pago y por supuesto, para recargar el trabajo de Don Jesús Franceschi y de Leo González.
Muchos quisieron hacer el mismo trámite para lograr gratuitamente la Revista Shell de Venezuela, que publicaba esa Compañía y también la Revista “En Guardia” que editaba el Departamento de Estado de USA, informando con literatura y fotografías, el curso de la Guerra del Pacífico, pero no lo lograron, ya que esas revistas eran destinadas a Bibliotecas e Instituciones.
En muchas casas de familias pobres, la distribución de las dependencias se hacía mediante tabiques y utilizaban la Revista El Farol para forrar dichos el tabiques y lo actualizaban cada cierto tiempo.

21 de diciembre de 2008

Personajes Importantes de Río Caribe - Los Hermanos Buiza

A Río Caribe llegaron familias enteras de distintos países. Unos de pueblos cercanos., como son las islas del Caribe, pero otras de países lejanos como China, Siria, España, Turquía, Francia, Córcega, Cerdeña, Italia y de otras nacionalidades. Lamentablemente, no tengo datos exactos de estas familias, pero para los años de mi infancia, muchos inmigrantes se habían marchado, pero aún quedaban bastantes grupos familiares que se arraigaron en el pueblo, formando hogares dignos, de gente trabajadora y buenos ciudadanos.
Quisiera tener tiempo para citar en estas páginas a todas estas familias, pero no tengo datos suficientes para ello y solo nombraré los que me acuerde y narraré las noticias que en el pueblo se decía sobre ellos. Comenzaré con los Hermanos Buiza.
El matrimonio Buiza llegó el pueblo hace muchos años, procedentes de Siria, y formaron un hogar integrado por la pareja y cuatro hijos. Uno de ellos, Antonio, el mayor de ellos, incursionó en la profesión de comerciante, estableciéndose originalmente en Irapa, donde se casó y tuvo una hija. Era un hombre muy conversador y creó un método especial de ventas, por medio del cual estudiaba al cliente interesado en su mercancía y le fijaba un precio exagerado al artículo y seguía regateando con el comprador, señalándole virtudes extraordinarias al objeto y cuando el cliente le ofrecía una suma ínfima por el artículo, se hacía el ofendido y cuando el presunto comprador se marchaba, lo llamaba Antonio y le aceptaba la oferta y le advertía que debía irse rápido, antes que llegara su esposa María. Fue exitoso en el largo tiempo de su gestión. y acumuló una buena cantidad de dinero, que mantenía la mayor cantidad en las célebres “morocotas” de oro. Era simpático en el trato y conversador insigne. Padecía de una marcada curvatura en la columna vertebral que con el tiempo le creó una “giba”, por cuya razón lo llamaban cariñosamente “Camello”. Algunos domingos o días feriados se encerraba en el corredor de su casa y sacaba sus “morocotas” y las secaba al sol y las limpiaba y pulía con un paño y las volvía a guardar. Con el transcurrir del tiempo, la única hija se casó y él decidió marcharse a Caracas, ubicándose en la Parroquia Catia, específicamente, en el Barrio “Los Magallanes”, donde lo conocí superficialmente y según noticias oídas en el Barrio, sufrió un atraco para robarle las “morocotas” y posiblemente fue la causa de su muerte..
Otro de los hijos, creo que el segundo, fue el más famoso de ellos, de nombre Leba, un hombre inteligente y muy trabajador, que originalmente incursionó en la zapatería, como modelista, cortador y costurero. Siempre lograba un producto fino y lujoso. A tiempo se dio cuenta que como artesano no iba a lograr un capital y optó por mudarse al ramo automotriz, actuando primero como chofer y al poco tiempo como propietario de un autobús y un camión, aparte de un pequeño taller mecánico. El autobús cubría diariamente la ruta Río Caribe- Carúpano-Río Caribe y lo manejaba Jesús Yúnez. Leba era un sujeto inquieto, propulsor de ideas, honrado a carta cabal, progresista y tenaz. A estas actividades incorporó a Miguel Genaro, el hermano menor, de quien fue ductor y guía. Leba se casó con Elena Guerra, una margariteña hija de Facundo Guerra, comerciante establecido y formó un hogar ejemplar con hijos que siguieron su ejemplo. Cuando se le presentó la oportunidad, adquirió la casa que hace años fue propiedad del Dr. Rauseo, un oftalmólogo famoso, graduado en Europa. Es una casa muy grande y en ella instaló un Cine llamado “Cine Arismendi” que funcionó durante muchos años , hasta que la llegada de la televisión acabó con su atractivo.
Aunque yo no la conocí, había otra hermana llamada Rosita, que contrajo matrimonio con Pablo Demori, quien por alguna circunstancia para mi desconocida, estableció vínculos con la industria petrolera y sus hijos ocuparon cargos importantes en esa industria. Que yo recuerde, los Demori vivían en una quinta ubicada en Los Chaguaramos y la identificaban como Adolfina, el nombre de la hija mayor. Otros hijos eran Reinaldo, un ingeniero petrolero y otro que sufrió un ataque de poliomelitis.
El otro Buiza, último de la dinastía, fue Miguel Genaro, quien siempre estuvo asociado a su hermano Leba en todos los negocios. Se creia un artista de cine y siempre andaba en carros modernos, dándole vueltas al pueblo. Tuvo la fortuna de enamorar a la mujer más hermosa de Río Caribe, María Elena Pérez, una belleza sensual y llamativa, pero parece que solo hubo el matrimonio civil y nunca lograron unirse formalmente. Seguiré con la descripción de otras familias.

Declinación del entusiasmo por el Movimiento Scout en Río Caribe

La situación económica del pueblo y de la Zona, trajo consigo una gran depresión al eliminar los embarques de cacao al exterior. La emigración de las familias se hizo habitual. Las casas iban quedando solas. Bajó el dinero en manos del público. Naturalmente, esa situación repercutió en todos los ámbitos de la población y el movimiento scout fue afectado. La primera que sufrió el descenso fue la Tropa de Girls Scouts, al marcharse a Caracas las hermanas Josefina y Lucrecia Luciani y quedar el movimiento a manos de otras muchachas que al poco tiempo fue declinando, hasta que cesó en sus actividades. El segundo grupo que sucumbió fue el de los Scouts Marinos, que sufrieron la baja de Andrés Alfonzo, quien se vino a Caracas a continuar sus estudios en el Instituto Pedagógico, aparte de que Andrés era una especie de hombre orquesta que hacía de todo, dirigía los Scouts Marinos, asesoraba y vigilaba la Cooperativa de Pescadores, colaboraba con su hermano César en la Tienda de Telas, colaboraba y participaba en el movimiento político llamado A.I.D.A. (Asociación de Independientes del Distrito Arismendi) que lanzó a César como candidato a Concejal y finalmente era el Presidente, Tesorero, Manager y Representante del Equipo de Beisbol MARINOS, que competía en el Campeonato de Beisbol Distrital..
Quedó como representante de la Tropa de Scouts Marinos, el entonces jóven Régulo Betancourt, quien luchó denodadamente para mantener la Tropa, pero finalmente declinó y el movimiento se acabó. El Grupo de Scouts original, se mantuvo por varios años dirigido por Enrique Fernández, quien aguantó hasta donde pudo y al fin cerró las puertas del Cuartel..

Primer Jamboree Scout de Río Caribe

La Asociación Nacional de Scouts de Venezuela, con sede en Caracas escogió a Río Caribe como primera opción para la realización del Primer Jamboree Nacional, lo cual causó alegría en los dirigentes locales y se prepararon para recibir a los representantes de la Asociación, que vendrían a evaluar el terreno escogido para la celebración del evento, que era la Playa de Los Cocos en El Morro. Vinieron los delegados y quedaron encantados con el sitio y sus playas, pero evidenciaron que había problemas para la colocación de letrinas que usarían los 1.200 participantes, al igual que el suministro de agua potable. Ante esos inconvenientes insalvables, se decidió cambiar la Sede para la ciudad de Maracay, donde el Ministerio de la Defensa había ofrecido los terrenos adyacentes a una de sus instalaciones militares de la zona. Las tres Tropas Scouts del pueblo designaron sus representantes para asistir al evento y unos 10 delegados estuvieron presentes en dicho Jamboree, participando en varias actividades importantes con notable éxito.

18 de diciembre de 2008

Perfiles de Rio Caribe - Creacion de la Tropa de Scouts Marinos de Rio Caribe

Cubiertos los espacios de creación de las tropas de Scouts, Rangers Scouts y Girls Scouts, solo quedaba un Sector en Río Caribe, no representado en ese Universo y que se sentía frustrado y preterido, no obstante su marcado entusiasmo y ese era el Sector Marino, integrado por pescadores, marinos y trabajadores del mar. 
Cuando arribaron al puerto tres lanchas cargadas de marinos norteamericanos, que tripulaban un barco petrolero y en su ruta desde Caripito a la Isla de Curazao fue alevosamente torpedeado por un submarino alemán, que atacó el barco y lo hundió a unas 60 millas de la Costa y solo les dio tiempo de abordar los botes salvavidas y tratar de llegar a cualquier puerto. Después de 6 días al garete llegaron a las playas de la Bahía de San Francisco en la Costa de Paria, donde los auxiliaron y luego los remitieron a las autoridades de Río Caribe. Se produjo un enorme revuelo viendo esos catires colorados por el sol que los castigó y que no hablaban ni una palabras en español. Se hicieron los trámites legales, ya que estábamos en plena Guerra Mundial y vino a Carúpano un avión, que trasladó los 27 naúfragos hasta Puerto Rico. Las lanchas de salvamento, que eran de casco de aluminio, fueron varadas en la playa y con el agua de lluvia, el sol y el salitre, se fueron deteriorando y una quedó inservible y dos eran reparables, pero no se podía hacer uso de ellas por ser unos bienes norteamericanos.
Continuó en pleno auge el entusiasmo por el movimiento escultista y el paisano Andrés Alfonso fue invitado por la Tropa de Porlamar para que viera el funcionamiento de la misma, creada hacía pocos meses. Regresó eufórico y junto con Enrique Fernández se dieron a la tarea de organizar la Tropa de Scouts Marinos de Río Caribe. Los muchachos del puerto y sus alrededores se interesaron de inmediato y alguien sugirió la idea de solicitar de las autoridades norteamericanas acantonadas en la Isla de Puerto Rico,.la donación de las lanchas salvavidas. Esa petición fue aceptada de inmediato y le donaron no solo las lanchas, sino también los aditamentos que originalmente traían y estaban retenidas en la sede del Resguardo Marítimo de Río Caribe. 
Aquello fue la llama que encendió el fuego para que esa muchachada se incorporara a la Tropa de Scouts Marinos, con Andrés Alfonso a la cabeza. Inmediatamente se abocaron a renovar una de las lanchas, soldándole las piezas dañadas con partes de la que estaba varada en la playa. Se acomodaron los aparejos y con la colaboración de los comerciantes, los pescadores y el pueblo en general la pusieron operativa y la relanzaron al mar para hacer en ella los ejercicios marinos. La otra fue parapeteada y colocada en un foso hecho en la parte seca de la arena de la playa, para hacer las maniobras y exhibiciones en las festividades que prontamente se organizarían.
En poco tiempo se formalizaron las inscripciones de 15 aspirantes y se pidió la colaboración de viejos marinos y pescadores para enseñar a los novatos, los diferentes nudos marinos, los nombres y utilidad de las velas, el uso de las escaleras del palo mayor, del timón, el anclaje, y lo más difícil, los significados y movimientos para hablar por banderas y el código morse, así como también las señales de uso con linternas. Se diseñaron los uniformes de los marineros y oficiales. .Comenzaron las cabriolas y maniobras para manejar las jarcias y la velas auxiliares, esto sin abandonar la doctrina scout de ser útil a la Sociedad, especialmente, a los niños y ancianos.
Mandaron de Puerto Rico los diseños de los uniformes y se simplificaron lo máximo que se pudo, para que el costo de los mismos fuera asequible a esa población de pocos recursos que se incorporó al servicio. Lo realmente uniforme fueron las camisas blancas de cuello abierto y con un ancla bordada en los bolsillos, una gorra de marinero blanca, también con un ancla bordada, un correaje que sostenía un cuchillo, una cantimplora y un mecate enrollado que llamaban estrobo.Todos tenían pitos de largo alcance y en vez de corneta tenían dos sinfonías grandes que tocaban simultáneamente, Chequelito y Eloy Guerra.
Los pantalones y el calzado no tenía uniformidad y cada quien usaba el que podía, pero se exigía, hasta donde fuera posible, que prefirieran elazul.
El día de inauguración de la Tropa abordaron los participantes la lancha que fue bautizada con el nombre de “ ABORDAJE “ y lucía enjaezada y con banderas echadas al viento. El pueblo se volcó a la playa. Ya la Tropa tenía tambores que retumbaban en el Cerro de la Boca del Río y las dos sinfonías sonaban bonito. Algunos hicieron maniobras, subieron hasta la cofa y se pararon en las escaleras, en una sola pierna, para que el público los aplaudieran. Y así lo hicieron a rabiar. Hicieron el desembarco y pasaron a realizar los ejercicios de vela en la lancha que estaba varada en la arena. Subieron los foquis y luego la vela mayor. Finalmente arriaron las velas y pasaron a la parte de señales con linternas, mensajes en Código Morse y desde la lancha enviaban mensajes por banderas a un tripulante ubicado en el cerro cercano al Faro y aquel le respondía en el mismo idioma. Mas aplausos de los asistentes. 
En el próximo capitulo les narraré el emocionante Primer Jamboree que hicieron las tres Tropas 

Perfiles de Rio Caribe Creacion de las Tropas de Girls Scouts de Rio Caribe

El entusiasmo que causo la creación de la tropa de boys scouts en Rio Caribe, reforzado con la aparición de los Ranger Scouts, ocasionó que muchas muchachas del pueblo se sintieran atraídas por el movimiento y al aparecer en Caracas el Club de Muchachas Exploradoras, rápidamente afloró el deseo de organizarse para lograr su cometido, de ser favorecidas en la escogencia de las primeras participantes en la Tropa. Surgieron varias muchachas con las condiciones necesarias para ser lideresas del Conjunto. La bella señorita Josefina Luciani fue escogida como Jefe de la Tropa y enseguida se abrió el proceso de inscripción y de captación de nuevas aspirantes. Se empezó el proceso de fabricación de los uniformes, compuesto de blusa blanca, falda azul, medias largas blancas hasta la rodilla, un correaje que remataba con una correa delgada que pasaba por los hombros.. A diferencia de los varones, no usaban sombrero, sino una cristina azul con ribetes rojos..Mientras terminaban la confección de los uniformes, se entrenaban diariamente en los ejercicios militares, en marchas, caídas militares, interpretación de himnos y aprendizaje de aplicación de primeros auxilios. A diferencia de los varones, no usaban bordones, pero sí utilizaban los tambores, las diferentes banderas, las cornetas y un tambor mayor. Ya al mes estaban listas para salir en marcha desde su Cuartel General, pasando inicialmente por la Iglesia en ruta hacia el Cementerio, por la Calle Piar y el regreso por la Calle Choro Choro, caminando por detrás de la Iglesia, rumbo a la Calle Rivero hasta alcanzar el Hospital, de donde regresaban por la Calle paralela llamada Calle Nueva, que tenía sembrados en el medio palmeras en crecimiento. Al llegar a la Plaza Sucre, rendían honores militares al héroe y regresaban por la Avenida Bermúdez tocando a tambor batiente y soplando sus dos cornetas a todo dar. Muchas personas las acompañaban en su marcha, aplaudiéndolas por su marcialidad y riéndose en son de broma por las chiquititas que no lograban mantener el paso.
Llegaban a la Iglesia Parroquial y oían misa m ubicándose detrás de la Tropa Scout de varones. Las Asistentes de Josefina Luciani eran, en principio, su hermana Lucrecia y Teresita Velásquez. Como siempre, había muchachas a quienes el uniforme les quedaba de maravilla y su belleza resaltaba en el Conjunto. 
Muchos meses duró la Tropa de Girls Scout, pero el hecho de que Josefina y su hermana Lucrecia, tuvieron que marcharse hasta Caracas, para continuar estudios, al igual que otras muchachas, poco a poco fue decayendo el movimiento, hasta que desapareció totalmente.
En el próximo Capítulo trataré de escribir algo sobre la Tropa de Scouts Marinos que se firmó en el puerto.. 

14 de diciembre de 2008

Perfiles de Río Caribe - Creación del Cuerpo de Boys Scout de Río Caribe II

El auge del movimiento scout en Río Caribe continuó en ascenso durante mucho tiempo, máxime cuando se introdujo una modificación de las Reglamentos y se permitió el ingreso de personas de mayor edad, catalogándolos como RANGER BOY SCOUTS y bajo el apoyo de Misael Morán se incorporaron: Rafael Malavé, Enrique Fernández, Ramón Chivito, Diogenes y Eleazar Ruíz, Luis Meneses Maiz, Pablo Meneses, Juan Salvador Rodriguez, Toñito El Turco, Tito Fuentes y unos doce más que no puedo identificar. A los uniformes se le agregaron, un pañuelo rojo que se ataba al cuello y una cantimplora de aluminio forrada en cuero , que se colgaban del correaje. También se agregaron banderas y los signos o escudos en forma de Flor de Lys, con el nombre de Boy Scouts que se bordaban en las mangas y en las hebillas de las correas que sujetaban los pantalones. 
El movimiento se hizo más elitesco, aunque los hijos de ricos y pudientes no se incorporaron, al mismo. Entonces la tropa lo formaban, en su mayoría, los muchachos de clase media, ya que los ricos no entraban y los pobres no podían. Hubo los grados de; Scout Mayor, Scout Auxiliar, Abanderados, Tambor Mayor y Tambores Auxiliares. Corneta Mayor y Músicos. A través de sonidos, pitos y cornetazos se impartían las órdenes.
A la sombra del movimiento scout se programaban visitas a otras tropas, localizadas en Carúpamo, Irapa, Yaguaraparo, Guiria y Margarita y a su vera se organizó un viaje de cuatro rangers a pié hasta Caracas y regreso. Siempre a pié porque un scut no podía apelar a medios de transporte, según los Reglamentos. Salieron un domingo: Enrique Fernández, Ramón Chivito, Luis Meneses Maiz y Toñito El Turco.a ese viaje que constituyó una hazaña. Llevaban oficios y libros de ruta para, que las autoridades de los pueblos y ciudades por donde pasaban, señalaran con sellos y firmas, los pasos de su periplo, así como las ayudas que le otorgaban.
Tardaron tres meses en el viaje de ida y vuelta, pasaron vicisitudes, se les rompieron los zapatos y alpargatas, se reventaron los chinchorros y fueron atacados por salteadores, pero siguieron su viaje hasta regresar triunfantes al pueblo, siendo recibidos como héroes.
A Misael Morán Martínez lo sucedió Enrique Fernández, quien continuó la labor emprendida y asesoró a Josefina Luciani para crear las GIRLS SCOUT, de quien me ocuparé en próximos capitulos.

Perfiles de Río Caribe - Los Militares Nacidos en Río Caribe IV

Acabo de recibir una oportuna información de mi dilecto amigo, el General Humberto Hernández Grisanti, diciéndome que me olvidé de incluir entre los militares del pueblo, al Mayor del Ejército y primo suyo, Carlos Sánchez Marcano y efectivamente, fue un olvido involuntario, ya que todos mis escritos son de memoria y siempre quedará alguien afuera. Pido perdón por la exclusión y agradezco a Humberto su recuerdo. En efecto, Vicente Sánchez fue uno de los jueces capaces y probos de este País y formó una bella familia junto con su señora esposa y dentro de los hijos recuerdo a Carmen Sánchez, una de las primeras enfermeras graduadas del pueblo, a Vicentico, a Hortencia y a Muralina, una de las mujeres más bellas y dulces que produjo Rio Caribe. De Carlos no me acordé por no haber tenido trato con él en su infancia, pero creo que después que salió del Ejercito, incursionó en el campo de los Seguros y si la memoria no me es infiel, contraté por su intermedio, los seguros de mi vetusto automovil, por tres años consecutivos, lo cierto es que tengo a Vicente como uno de los personajes importantes, del cual escribiré en fecha próxima.
Otras llamadas me aclararon que no incluí entre los Guardias Nacionales y Vigilantes a Perucho Rondón y a Fernándo Fuentes. Quedarán muchos por fuera, pero no los recuerdo y en su oportunidad los incluiré, con el mayor gusto.

12 de diciembre de 2008

Perfiles de Río Caribe - Creación del Cuerpo de Boys Scout de Río Caribe

Entre los años 1.938 y 1.945 se desató en el pueblo una verdadera fiebre por el movimiento scout. Supongo, ya que no tengo una información fehaciente, que llegaron a Río Caribe, provenientes de Caracas, unas personas que explicaron al conglomerado sobre el nuevo movimiento que se estaba generando en el País y hasta en el mundo, dirigido a resaltar el buen comportamiento de los jóvenes, prestar la debida atención a los ancianos y los niños, exaltar la obediencia y la disciplina en el hogar y en fin, un conjunto de preceptos que iba en beneficio de la niñez y la juventud. Las escuelas no prestaron el apoyo esperado por la Organización Promotora y tampoco la Sociedad en general, debido a que incorporarse a ella significaba un gasto, de poca cuantía, pero gasto al fin y la mayoría de la población no contaba con recursos económicos. Pero no lograron frenar el entusiasmo de jóvenes y niños que veían con alborozo esa Sociedad Paramilitar que exaltaba el valor, la honradez y la disciplina. Se supone que inicialmente los Promotores aportaron al Grupo Local propulsor del movimiento, la ayuda monetaria suficiente para pagar en los primeros meses, el alquiler del Local donde funcionaría, así como los servicios esenciales de luz eléctrica, papelería, aseo y gastos de mantenimiento.
Buscaron un adulto joven, entusiasta de ese movimiento, de honradez reconocida, para ponerlo al frente de la Organización de la Tropa. Su nombre era Misael Morán Martínez, un hombre de trayectoria reconocida.
Se comenzó el proceso de inscripción y acudieron presurosos los hijos varones de hogares de clase media, comerciantes, empleados públicos y gente del pueblo. Se empezaron a dar clases y entrenamiento sobre ejercicios militares sencillos. Himnos y marchas nacionales y lectura de libros sobre escultismo. Simultáneamente, los participantes fueron adquiriendo poco a poco, los implementos del uniforme . 
La verdad que eran bonitos, pero muy costosos para los muchachos. Estaban constituidos de las siguientes piezas: pantalones azules de Kaki, camisas también de kaki marrón, corbata negra entorchada con una cinta de colores rojo y verde que venía del cuello, un pito especial de largo alcance, un correaje marrón que sujetaba una daga o cuchillo de boy scout, cubierto por su respectiva vaina, zapatos negros con medias largas que se apretaban debajo de las rodillas, un sombrero de ala ancha y lisa y finalmente un bordón de madera pintado de negro. Ese equipo era costoso y muchos que queríamos incorporarnos al movimiento, no podíamos por carecer de recursos económicos . Paulatinamente fue creciendo el número de participantes, sobre todo cuando las marchas se extendieron hasta pueblos cercanos, incluyendo la Isla de Margarita.
Causó furor el movimiento scout. Diariamente se incorporaban nuevos miembros. Se agregaron Bandas de Guerra, con cornetas, tambores, marimbas de pecho y un Tambor Mayor que hacía cabriolas maestras con el Botalón de Aluminio, que lanzaba al aire con singular maestría..
La Tropa llegó a tener 80 individuos, que salían los domingos en la mañana a recorrer las principales calles y Avenidas del Pueblo en perfecta formación, con banderas y pendones, haciendo sonar sus instrumentos cada cierto tiempo y a paso marcial se dirigían a la Iglesia Parroquial a oír su misa de once, haciendo su entrada, bajando el sombrero, que se sujetaba con el berbiquí y se ubicaban en la nave central, en posición de Firmes y cuando les tocaba arrodillarse, lo hacían apoyándose en la rodilla izquierda.
Al terminar la misa y habiendo comulgado todo el personal, se retiraban en el mismo orden, se persignaban y luego se dirigían a su cuartel, donde hacían otros ejercicios y se despedían hasta la semana siguiente.
Esa rutina alegraba a la Comunidad y especialmente a los niños y jóvenes que aspiraban incorporarse al movimiento y mantenían sus esperanzas en lograrlo algún día.

11 de diciembre de 2008

Perfiles de Río Caribe - Los Militares Nacidos en Río Caribe III

En las Fuerzas Armadas de Cooperación el pionero fue José Rodriguez Subero, mejor conocido como “José Huequito”. Todavía vive y se ha convertido en una autoridad en materia de vinos finos, con una bodega impresionante. Su carrera militar fue brillante. Empezó como Guardia raso y así llegó a Río Caribe. Después pasó a la EFOFAC como Cadete y llegaba de vacaciones al pueblo, con su lujoso uniforme marrón. Después venía como Oficial. Su carrera fue brillante y actúo durante muchos años como Comandante de Regimientos y como Profesor en su Alma Mater. Alcanzó el Grado de Coronel con muchos honores..
Otro Comandante en la Guardia Nacional fue Francisco Rivas, de Cerro Colorado, conocido popularmente como “Chico Rivas”, quien ingresó a la EFOFAC, años después de yo haber salido de Río Caribe y lo vine a conocer cuando contrajo matrimonio con Dorita Salazar, una bella Economista egresada de nuestra Universidad Central y también reconocida profesional y docente.. El más popular de los militares riocariberos era Wicheche González Yanes , (Luis Cesar González Yanes), hijo del Maestro Julio y que alcanzó el grado de Mayor de la Guardia, quien se cansó de la dura tarea que exige esa carrera y se retiró para ejercer la profesión de Abogado, que había logrado simultáneamente 
con el ejercicio de su carrera. Hoy es Profesor Universitario de la Universidad Santa María y además asiste a su famoso Bufete en el Centro de Caracas..
Hay igualmente dos distinguidos Oficiales de esta Fuerza, que aunque no son nativos de Río Caribe, están ligados al pueblo por afinidad. Uno de ellos es Rafael Salazar Panzarelli, casado con Olivia Luciani, de Río Caribe. Este Oficial alcanzó el generalato y en el curso de su carrera se distinguió por su inteligencia, carácter y don de mando. Comandó muchos regimientos y se retiró como General de Brigada, cargado de honores . Coetáneamente con su carrera estudió la Profesión de Abogado y hoy día es uno de los más reconocidos profesionales en el Derecho Aduanero.
El otro Oficial era una persona muy activa, de nombre Rafael Jimenez o algo parecido, que se casó con una bella catira de nombre Rina Pazos, quien al retirarse de la Fuerza con el grado de Coronel, incursionó en otros campos, con notable éxito, pero fue vilmente asesinado en la Urbanización Los Chaguaramos de Caracas, atracado por hampones para robarle su camioneta.
Cuando la Comandancia de la Guardia Nacional y el Ministerio de Comunicaciones, decidieron hacer sendos programas nacionales, para incorporar jóvenes para el estudio de una carrera como Sub Oficiales., se entusiasmaron unos jóvenes del pueblo, de los cuales recuerdo al famoso Asdrúbal Hernández, quien ostentaba dos apodos distintivos, uno el genérico de la familia que era “Caiman” y el especiífico de él como individuo, que era “Bembeteo”. Otros eran : el flaco “Bottino”, Oswaldo Marval, Izacar Ruiz, Raúl Patiño y algunos que no recuerdo.
De la Fuerza Aerea no tengo noticias de que algún paisano incursionara en esa carrera y si hay alguno, le pido disculpas de antemano

Perfiles de Río Caribe - Militares Nacidos en Rio Caribe II

Sin la menor intención y sin quererlo, omití citar entre los militares nacidos en Río Caribe a Juan María Gùilarte Espinoza, quien desde su época de Cadete en la Academia Militar de Venezuela, se distinguió por su inteligencia, carácter y Espíritu Militar, alcanzando con toda honra los grados que le correspondían y ser escogido, además, para cursar estudios superiores en el Exterior, especialmente en Inglaterra y Estados Unidos. Sus familiares, paisanos, amigos y compañeros se sentían orgullosos de su persona y del camino de triunfo que estaba emprendiendo.
Desgraciadamente, Juan María murió muy joven en un accidente infausto acaecido en el Puente de la Escuela Militar de El Valle, hecho que causó gran consternación en la comunidad riocaribera.

9 de diciembre de 2008

Perfiles de Río Caribe - Los Militares Nacidos en Río Caribe I

El pueblo de Río Caribe no es adicto a la carrera militar, así como tampoco es aficionado al toreo, el boxeo, el canto, el futbol, a la veterinaria ni al encantamiento de serpientes, pero sí lo atrae el peligro del mar, la aventura y la cultura en general. Desde la época de mi niñez y juventud, recuerdo la llegada al Puerto, del Barco de Guerra “General Bartolomé Salom” y lo espectacular del desembarco de su tripulación, trajeada con sus uniformes blancos, gorras de marinero y sus oficiales vestidos todos de blanco, incluyendo los zapatos y las medias. El desfile por el puerto, fue apoteósico, con sus tambores, cornetas y pifanos que alegraron a los habitantes. Tardaron muchos años para la llegada de otra nave similar a nuestro Puerto, pero anualmente nos visitaba un Cadete de la Escuela Naval de Venezuela, de nombre : El Negro Salazar, quien llegaba de vacaciones y gozaba del favor y la simpatía de la niñas del pueblo, sobre todo cuando los domingos se dirigía a pie hasta la Iglesia San Miguel, vestido con uniforme de Media Gala que una Guerrera Negra adornada con refulgente Botones dorados, Pantalones beiges con tiras azules a los lados, zapatos negros y correaje blanco que albergaba una Daga al lado derecho. Remataba con una gorra beige, templada por dentro con un aro metálico. El Barco, el Desfile y el Uniforme hizo nacer en mí y en otros jóvenes, un irresistible deseo de ser algún día Oficial de la Marina de Guerra. El Negro Salazar se graduó a los pocos años de Alferez de Navío y alcanzó en la Marina el grado de Capitán de Navío..
Después me enteré que con anterioridad se gradúo como Oficial, nuestro paisano Amadorcito Hernández, quien fue vilmente asesinado en la Vela de Coro, cuando ostentaba el Grado de Teniente de Navío y que también existió un Oficial de Marina llamado Francisco Lares, que fue el primer riocaribero en alcanzar el grado de Contralmirante, pero esa persona no la conocí personalmente. Después de esa etapa lograron graduarse en la Marina de Guerra, mis amigos: Jesus Teodoro y Juan José Molina, quienes llegaron a los grados de Capitánes de Corbeta. Despues vino como Oficial Asimilado Ismael Salazar, quien trabajaba en la Fuerza como Contador y fue uniformado como Alférez de Navío e igualmente sucedió con Hector Valdivieso, quien se asimiló como médico No puedo olvidar a mi amigo Rodolfo Prieto, quien después de una brillante carrera llegó a Capitán de Navío y fue el único oficial que se atrevió a realizar un Desfile Militar en la Avenida Bermúdez ni al Contralmirante Ricardo Hernández Hernández, un oficial modelo, inteligente y pertinaz, que alcanzó los más altos honores y goza del aprecio de todos sus compañeros..
No tengo información detallada de los paisanos que se inclinaron por las Fuerzas Terrestres, salvo de mis amigos Generales Héctor Franceschi Marcano y Humberto Hernández Grisanti, quienes alcanzaron el Grado de Generales de Brigada, con honores y distinciones muy notables,y del Coronel Jesus Enrique Gómez Guerra, que merecen una página especial de estas Glosas.
Mas adelante continuaré con los paisanos que cumplieron una labor meritoria en las Fuerzas Armada de Cooperación, la Aviación y otras Fuerzas

6 de diciembre de 2008

Perfiles de Río Caribe - Las Matracas de Madera de la Iglesia de Rio Caribe

En mi largo recorrido por países y ciudades, no vi en ninguna parte, el uso de las “matracas” de madera para anunciar los eventos religiosos importantes. En Rio Caribe, la iglesia usaba unos aparatos de madera, creados con el único fin de hacer ruido y llamar la atención. En Semana Santa, en las Fiestas de San Miguel y en las Misas de Aguinaldo, salían los “monaguillos” vestidos con pelliza roja y blanca, con unos aparatos de madera con bisagras de hierro que se batían intermitentemente y otros con cajas, también de madera, con manillas que movían trozos del mismo material, que chocaban unos con otros. Todos esos aparatos producían un ruido intenso y los “monaguillos” anunciaban las misas, retretas y procesiones que se llevarían a cabo en los días próximos.
Recuerdo a Domingo Luis Tenorio, Enrique Aguilera y otros “monaguillos” que se desplazaban por las principales calles del pueblo, cargando sus aparatos, que movilizaban cada cierto tiempo, llamando la atención del público. Eso duró muchos años, pero de repente cesó esa actividad y más nunca he oído las curiosas “matracas”...
LAS INVITACIONES DE ENTIERROS DE MUERTOS.
Como quiera que en el pueblo no existían periódicos, se encontró una forma ingeniosa de participar e invitar a los actos de entierro de los difuntos, mediante tarjetas impresas que se introducían en sobres orlados de negro, que se repartían casa por casa, de las calles de la ciudad. El método era efectivo, porque la asistencia era masiva y los familiares y amigos guardaban esos sobres en sus casas, como recuerdo de los muertos..
RIGOBERTO URGELLES Y LA LISTA DE MOROSOS
Entre los antiguos negocios existentes en el Mercado Público de Río Caribe, de la Avenida Bermúdez, destacada el bazar-licorería-almacén y cafetería de Rigoberto Urgelles, conocido popularmente como “Rigo”, , quien cometió el craso error de un comerciante, que fue el de aceptar el crédito a sus clientes, especialmente a los sempiternos amigos de los tragos, quienes frecuentemente se olvidaban de cancelar sus compromisos de pago, no obstante las frecuentes reclamos del propietario, Cansado de esas gestiones fallidas, recurrió al recurso de crear una pizarra de morosos que escribía con grandes letras y se colgaban a la puerta del negocio. Así empezaron apareciendo en la lista:los persnajes con sus respectivos montos de deuda: Pancho Lugo, Bs. 7.oo. Luis Jose Arteaga, Bs. 2.75:; Antonio Cedeño. Bs. 13.oo, Peteno Carrasco, Bs. 6.00; ; Ambrosio Díaz, Bs, 9.oo; Pedro Julian Díaz : 11,oo; Goyito Espinoza Bs. 27.oo ; Elpidio Figueroa 2.75; Carmelo Gutierrez, Bs. 3.90; Liquito Hernández, Bs. 22.oo, Luis Chapucha, Bs. 14.oo: Cocuyo, 19.oo; La Picoca Bs. 39.oo; El Tuerto de Galilla; 31.oo; Luis Paton´ Bs. Bs. 11.oo, Miguel Pata de Palo, 35.oo. Y así siguieron apareciendo personajes deudores, quienes se apresuraron algunos en ir a cancelar sus deudas, pero otros ni caso le hicieron, motivo por el cual Rigo siguió publicando sus famosas listas, las cuales colocaba, no solo al frente del negocio, sino también e los árboles de la Avenida hasta que disminuyó el número de morosos y también disminuyeron los créditos. 

29 de noviembre de 2008

Perfiles de Río Caribe - Construcción sede de la Logia Masónica Estrella de Paria

La población de Rio Caribe es mayoritariamente católica. Aunque no asista con regularidad a la Iglesia, cumple con los preceptos de: bautizo y confirmación de los hijos, Primera Comunión, celebración de fiestas religiosas, imposición de Santos Oleos y Misas de Difuntos. Además de su Santa Iglesia Parroquial, constrída en 1.717, dedicada a su Patrono San Miguel Arcangel, tiene las Capillas del Calvario y la Ermita de la Virgen del Carmen. Algunas Residencias tienen bajo su cuido a las Imágenes de Santa Rita de Casia, el Santo Sepulcro, el Corazón de Jesús. Existen también imágenes de Santos, encofrados en sus cajas, que por períodos breves son asignados a familias para su veneración y aportes de limosnas que se colocan en compartimientos especiales. Existen Capillas en los pueblos cercanos, donde se celebran fiestas patronales y reciben visitas de los sacerdotes y de los obispos. Recientemente se construyó una bonita capilla en el cercano caserío de Las Charas. dedicado a San Pancracio, bajo el auspicio de la Familia Guerra Tineo.
Pero, simultáneamente, coexistían diversos núcleos de protestantes, prebisterianos, Testigos de Jehová y otra sectas, que los domingos se reúnían en sus locales y templos, para estudiar capítulos de la Biblia y entonar sus cánticos. Para entonces había una verdadera coexistencia religiosa, pero quedaba fuera un importante sector de la población, que practicaba los preceptos de la Fracmasonería, que cubría además de lo religioso, sus viejos tratados de hermandad, solidaridad y arraigo familiares. Sus practicantes trajeron ese tipo de Sociedad desde sus pueblos europeos y nuestros libertadores más conspicuos, eran masones reconocidos y defensores de sus derechos de vida, de pensamiento y de reunión libre. Como no contaban con un verdadero local de reuniones y tenían recursos económicos para financiar la construcción de un Templo especial, que contara con los ambientes necesarios para ejercer sus cultos, decidieron levantar un Edificio que cubriera sus aspiraciones..
Al efecto, compraron una parcela de terreno ubicada en los aledaños del pueblo, a la orillas del mar y sin construcciones en sus adyacencias, conocido para entonces como “El Poblado”. Se elaboraron proyectos y planos para que la edificación tuviera la suficiente fortaleza y se emplearan elementos de construcción de reciente descubrimiento y de mayor resistencia, tales como el cemento, el concreto armado y las parrillas metálicas para apoyar las columnas de las paredes. Se contrató un técnico español para dirigir las obras y se determinó la cantidad de maderas, piedras, arena, cal, tejas y demás elementos necesarios para la edificación.. El proyecto contemplaba siete salones de reuniones, de amplia capacidad para celebrar simultáneamente, actos relacionados con los estudios de la fracmasonería, ademas de pasillos de circulación, cocinas y baños, un patio central, un salón de acceso, una oficina de administración y paredes de separación alrededor de la edificación. 
Las columnas de pasillos, marcos de puertas, vigas de techo, puertas, dinteles y puertas, fueron elaborados con maderas duras extraídas de los bosques de Cachipal, la caña brava fue traída desde Tucupita en el Delta del Orinoco, las tejas fueron compradas en Conejeros en la Isla de Margarita, el cemento venía en barriles de madera desde Portland, Inglaterra y el resto de los materiales de construcción fue adquirido en el mercado local.
Se comenzó la obra con la apertura de zanjas para levantar un muro perimetral de concreto, reforzado con piedras y en el fondo, una parrilla de hierro que soportara el peso de la edificación. Sobre ese muro se levantaron paredes exteriores de 0.50 metros de ancho, hasta una altura de 6.00 metros y las divisiones interiores con paredes de 0.30 metros.
Rápidamente se ejecutó la construcción, complementada con 52 puertas que representan las semanas del año, con bisagras y ganchos de puertas con su correspondiente argolla se colocó el techo en forma de ele, rematado con caña brava fina, pisos de cemento, albañales del mismo material y gárgolas para recoger el agua de lluvia. Se terminó la obra con la pintura tanto del interior como del exterior y el sistema de iluminación de todas las áreas. Se pensó en todo y la obra lucía resplándeciente y distinguida. Las “tenidas de inauguración” fueron apoteósicas, contando con la asistencia de las autoridades de todas las demás Logias de Oriente y no se hicieron exténsivas al pueblo, por el carácter privado de las logias del mundo.
Durante años, el Templo de Logia cumplió su cometido, con la asidua concurrencia de los “hermanos masones” y se realizaron en ella frecuentes festividades, banquetes, recepción de nuevos miembros y actividades cónsonas con su espíritu y destino programadas.
Tal como sucedió con otras organizaciones, cuando el pueblo confrontó problemas económicos y sociales, ocasionadas por “el ciclón de 1.929”, vino la decadencia del pueblo y la ausencia de sus miembros, por muerte, emigración y mudanza a otras ciudades, la construcción sufrió el deterioro progresivo y finalmente hubo necesidad de vender el inmueble para atender las deudas y obligaciones acumuladas, habiéndosele adjudicado a la Familia Gómez Guerra que eran los principales acreedores de la Asociación. Ya para entonces todo el Sector estaba ocupado por construcciones de viviendas precarias y la Familia Gómez se vió obligada a dar en arrendamiento el inmueble. Cuando murieron los miembros principales de la Familia y se procedió a repartir los bienes, le correspondió La Logia a la Sra. Eva Gómez de Pérez, quien ante el abandono del inmueble y falta de demanda, permitió el fraccionamiento de la casa y esta se convirtió en siete casuchas divididas por tabiques y allí vivían más de 25 persones. 
Cuando la situación económica apremió, la propietaria decidió vender el inmueble y no surgió el comprador decidido y finalmente fue vendido al señor Victoriano Romero, quien posteriormente se lo vendió al señor Isaac Marval, quien debió efectuar una heroica labor de convencimiento para que las familias ocupantes las desalojaran y a medida que quedaban areas libres, procedía a eliminar tabiques y gallineros, hasta lograr al fín su costosa recuperación. Hoy día está ocupada por la Familia Marval, quien la conserva con gran parte de su esplendor original. 

19 de noviembre de 2008

Perfiles del Río Caribe Colonial - Teatro Elena

Juan María Paván fue un hombre inquieto y empecinado en emprender obras para el beneficio del pueblo de Río Caribe. La situación económica de la población había mejorado ostensiblemente, había demanda de trabajadores, había un entusiasmo colectivo. Urbanísticamente se impuso un orden, pero igualmente, las necesidades aumentaron, , especialmente en materia de salud, educación, seguridad pública, transporte, aseo urbano, camposantos, mercados públicos, pavimentación de calles, sitios de esparcimiento, desarrollo del deporte y en general, atender un cúmulo de carencias que no podían cubrirse solos, por los organismos del Gobierno. El pueblo empezó a presionar para que se crearan centros de recreación popular, tales como estadios, teatros, boulevares y mejoramiento de playa y balnearios. Aspiraban las familias que se atendiera suficientemente la cultura, para parangonarse con las ciudades más importantes del País. Paván acogió con beneplacito esas iniciativas y propugnó la construcción de plazas, paseos, bibliotecas, clubes y finalmente, puso su entusiasmo y empeño para que el pueblo contara con un Teatro Moderno para la época, dotado de todos los servicios, lujo y elegancia que lo hicieran resaltar sobre las ciudades cercanas. Buscó el concurso de la Municipalidad y de las clases pudientes de la Ciudad, así como de la población en general. Logró que la Asamblea de ediles le asignara un terreno baldío localizado en la Calle Rivero y enseguida Paván contrató los servicios de un arquitecto, para que elaborara un Proyecto de Teatro de Primera, tomándo como modelo al Teatro Caracas, de la ciudad Capital.
El Proyecto fue presentado y contó con la aprobación de la mayoría de la población. Para el financiamiento de la obra logró los aportes de los hacendados, los comerciantes del cacao y en pequeña proporción por las Autoridades Municipales y Estadales..
Se concibió el Teatro como un Coliseo lujoso y distinguido, para darle realce al pueblo. Se trajeron a la ciudad alarifes, técnicos , albañiles y carpinteros para efectuar la obra en el menor tiempo posible.
En dos años se efectuó la construcción y simultáneamente se fabricaron los muebles, los elementos de iluminación, cortinas, alfombras, telones del escenario y maromas y sirgas para su movilización, barandas de los balcones y puertas y ventanas de madera, vitrales y una colosal Araña de Luces que se colocó en el techo de la localidad de Patio, así como los elementos de lujo y ornato que requiere un Teatro de Categoría.
Cuando el Teatro estuvo listo, ya bautizado pomposamente como “Teatro Elena”, se programó minuciosamente la inauguración con una Temporada de Operas Clásicas, contratando para ello a los mejores artistas, músicos y cantantes del País. Se invitaron al acto inaugural a los representantes de las familias oligarcas de todas las regiones de la Nación y hasta del Exterior, las autoridades civiles y militares, eclesiásticas. Diplomaticos y representantes de varios paises. En el pueblo se contó con un abigarrado conjunto de personalidades que fueron invitados especialmente para la apertura. Ya para entonces los hombres y mujeres de recursos económicos contaban con trajes de trajes de lujo, traidos por los barcos cargueros de cacao desde París, Londres, Madrid, Nueva York y Berlín, perfumes y calzados finos y era usual de las familias ricas, la utilización de coches, victorias y landós que eran tirados por unos caballos de patas gruesas, anchas ancas y un pelamen denso, también traídos de Europa, que llamaban “percherones”, lujosamente enjaezados y conducidos por unos hombres uniformados de negro con polainas, gorro negro de tela, con ribetes blancos rizados y látigo de cuero .Esos hombres eran llamados “aurigas” y debían ser educados, atentos y serviciales, prestos para ayudar a los señores a subir a los carruajes con la ayuda de los escalones del vehiculo y debían esperar en las afueras del Teatro la terminación del espectaculo Los invitados de otras ciudades se alojaban en las residencias de los poderosos, como un proceso de reciprocidad cuando eran invitados a sus sedes..
El Teatro Elena estaba deslumbrante en su Acto Inaugural. La Sala de Entrada y los Pasillos de Circulación, cubiertos de finas alfombras, estaban inmaculados y adornados con flores. Los Balcones laterales, que estaban reservados para las familias ricas, eran cerrados con puertas de madera labrada y sus correspondientes alfombras y luces.. Contaban con una acústica perfecta y un campo visual privilegiado.
En los Intermedios se paseaban por los Pasillos los asistentes, para exhibir sus trajes y sus figuras y en esa oportunidad venían mucamas uniformadas y con cofias. trayendo jugos y refrescos para las damas y champaña para los caballeros, así como bocadillos finos.
La localidad de Patio era la más amplia y dotada de sillones de cuero con espaldares de raso. Para el publico grueso se levantó en la parte alta, casi llegándo al techo,un ambiente llamado Galería o Gallinero, al cual se accedía por una larga escalera, con precios asequibles a la población, pero se hacían exigencias en cuanto el vestuario y el calzado. La localidad de Patio colindaba con el Proscenio, construído en un nivel inferior para ubicar a los músicos, elementos indispensables para un local destinado a la ópera, la musica clásica y eventualmente para operetas y zarzuelas..
Las festividades de inauguración tuvieron su colofón con un baile de Regia Gala, en una de las casas lujosas, con la música de la Orquesta de Salón y el día anterior hubo un Banquete Espectacular en la Casa de Hacienda de una familia corsa. En todas esas actividades lucía como una estrella , Juan María Paván, propulsor de la idea.
Después de la inauguración el Teatro continuó sus actividades, presentando obras de teatro clásico y popular, siempre tratando de elevar el nivel cultural de la población y acostumbrarse a la buena música. Durante años se mantuvo en el mismo tenor, hasta que los tiempos cambiaron, disminuyeron los ingresos de la población y tenía más vigencia el cine, lo que hizo necesario cambiar de género. Ya había muerto Juan María Paván y hubo necesidad de sustituirlo por su hijo: Licho Paván, quien estaba en Caracas estudiando medicina, que debió suspender para dedicarse a administrar el negocio. Por largo tiempo se estuvieron proyectándo en el Teatro peliculas americanas, mejicanas argentinas y españolas, que debido al bajo precio de las localidades, volvió a traer un público numeroso. En contadas ocasiones presentaban a cantantes, bailarines y artistas latinoamericanos.
Con el tiempo, el local vino a menos y poco a poco se fue deteriorando, sin que los dueños procedieran a las reparaciones necesarias, hasta que finalmente, sucumbió al progreso y desapareció definitivamente hace unos 10 años.

18 de noviembre de 2008

Perfiles del Río Caribe Colonial - Juan María Pavan

Hay personas que vienen al mundo con el designio de ser líderes, ductores y guías de la comunidad donde se desenvuelven. Uno de esos personajes fue Juan María Paván, quien asumió en Río Caribe ese papel relevante. Entusiasmo a un grupo de corsos, paisanos suyos, para imponer orden en el desarrollo urbano y económico en una ciudad que crecía sin orden ni concierto. En efecto, cada habitante construía su casa en cualquier lugar baldío, tomaba el área que quería y orientaba la fachada hacia cualquier sitio. Por supuesto, al poco tiempo había un verdadero desorden urbano y se requería de una persona e institución que asumiera la autoridad en esa materia. Juan María tuvo ese poder de convicción para con sus vecinos y asesorado por un arquitecto, lograron elaborar un plano en el cual se establecía una vía principal, que se llamó Calle Larga, que se extendería desde el Puerto hasta la Iglesia, con dos vías vehiculares, una ancha jardinera donde crecerían árboles duraderos intercalados con plantas florales y en ambas orillas, calzadas peatonales de regular altura, para proteger de las aguas de lluvia y del fango. Se proyectaron calles paralelas con el mismo concepto de línea recta y callejones que comunicaban las vías que iban naciendo. Comenzaron los trabajos con mucho entusiasmo y los vecinos iban mudando sus casas y parcelas a orillas de vía y lo mismo hacían con las nuevas construcciones. Al poco tiempo se vio el cambio urbano, mejoraron las viviendas con la utilización de mejores materiales, techos de tejas en sustitución de la paja, se uniformaron las alturas de fachadas, se usaron pisos de piedra o de mosaicos, empezó a usarse con profusión la pintura de paredes interiores y exteriores, se colocaban puertas de madera y en general mejoró el urbanismo. Había trabajo para los albañiles y los obreros, los comercios vendían más material y la comunidad renovó el vestido y las costumbres ancestrales. Se comenzó en el Puerto con la construcción de la Plaza Sucre, con aceras de mosaico, tanto interna como externa, se sembraron árboles frutales y de ornato, se colocaron bancos para el descanso. Se convirtió el área como un oasis de solaz y recreación. El motor era Juan María Pavan, quien en alguna oportunidad encontrará a un verdadero historiador, que con documentos que reposan el la Diócesis y en el Concejo de Indias de la ciudad de Sevilla en España, pueda redactar la biografía de este pionero que aún no se le ha hecho el homenaje que merece. Las obras avanzaban, la nueva vía se abría camino, cada día se veía el cambio favorable y aunado a la bonanza económica que les daba la exportación del cacao y el empuje de una inmigración criolla y extranjera fue convirtiendo al pueblo en un polo de atracción. Siguieron llegando corsos, franceses, turcos, libaneses y hasta personas de la lejana China. Ya la población exigía lugares de recreación, de esparcimiento y entonces nació la necesidad de construir una Logia Masónica, un Centro de Salud y otras edificaciones acordes con el desarrollo obtenido. Surgió un grave problema en la extensión de la Calle Larga, ya que un antiguo propietario, de muchos meritos personales, médico oftalmólogo graduado en París, el Dr. Rausseo, y con una numerosa clientela que venían a verlo en el pueblo, desde las principales ciudades del País y hasta del Exterior, se opuso a la Avenida y no aceptó de ninguna forma orientar su casa al eje preconcebido y por ella la vía hoy aparece trunca, con una casa atravesada. De todos modos, el señor Juan María Pavan, mentor de la obra, no se arredro por lo sucedido y terminó hasta allí la Avenida que aún perdura, reconstruyó la Plaza Bolívar y mejoró la Iglesia. En el próximo capítulo trataré lo relativo a la construcción del Teatro Elena.

17 de noviembre de 2008

Cruz Malave

El riocaribero es un hombre trabajador, alegre, sincero, amable, embustero, polifacético y sobre todo, muy inteligente y honrado. Cruz Malavé, con su trabajo, logró ser propietario del único Hotel del pueblo, llamado pomposamente “Hotel Mauraco”, en honor al Río que alguna vez fue caudaloso y que ahora está seco y solamente aparece arrastrando cuanto encuentra a su paso, cuando las lluvias son copiosas en su cabecera. Los visitantes del pueblo eran pocos, especialmente comerciantes y Agentes Viajeros de las más importantes casas de comercio de Caracas. En esa actividad llegó al pueblo mi amigo Expedito Morales Ramírez, representante de la Casa Blohm para el Oriente y fue acogido por los propietarios del Hotel con beneplácito. Le gustó al huésped el ambiente familiar del albergue, su limpieza y especialmente su cocina, con platos sabrosos, gustosos, sanos y abundantes. El Chef de cocina era el famoso “Chofo”, reconocido como tal en todo el Oriente. Le asignaron una habitación con vista al jardín interior y muy ventilada. Por los avatares del viaje desde Caracas, Expedito se sintió indispuesto y llamó al propietario para preguntarle si había en el pueblo una persona que le aplicara una inyección contra la gripe. Malavé esbozó una sonrisa y le contestó con el acto de buscar en su habitación una cajita metálica que contenía una jeringa, alcohol y algodón y le dijo: Ud. Ha dado con el mejor inyectador del mundo, famoso por lo ligero de sus manos. Le inyectó la medicina con una poción mágica que al poco tiempo le quitó el malestar y. Expedito dio gracias a Dios por la existencia de un individuo que sabía de todo. En la mañana Expedito le preguntó a Cruz si podía recomendarle una buena Barbería, ya que deseaba cortarse el pelo. Nuevamente se sonrió Malavé y le respondió asiéndolo por el brazo, con toda confianza y lo llevó hasta un salón vecino, donde reposaba una flamante Silla de Barbería con sus correspondientes espejos y una mesita con los afeites, polvos y colonias y le comunicó sonriente: Ud. Ha dado con el mejor barbero del pueblo y especialista en cortes modernos. Lo sentó en la silla, le colocó un paño blanco impoluto y lo afeitó con especial deferencia, que dejó complacido a Expedito y abierto para una verdadera amistad. Se fueron a desayunar al comedor, haciendo comentarios sobre sus habilidades y al terminar el desayuno, Expedito le preguntó a Cruz si había una persona que le hiciera un viaje expreso hasta Carúpano, donde debía hacer varias diligencias. Malavé le respondió llamándolo con la mano hasta la puerta del Hotel y le dijo: Ud. ve ese carro Ford de dos tonos que está allí, es mío y con él hago yo dos viajes diarios a Carúpano. Así que Ud. Encontró el mejor chofer del mundo y conocedor de todas las direcciones. Se sorprendió Expedito y emprendió su viaje a la vecina ciudad, donde cumplió su cometido y regresó contento al Hotel. Una vez visitado a los diferentes clientes y efectuado los cobros pendientes, Expedito empezó a organizar su regreso a la Capital y como vio en un comercio, unas bonitas tallas en madera de pino, quiso traerle varias a su esposa, como regalo y nuevamente ocurrió a Malavé y le preguntó dónde podía lograr varias tallas tan bonitas. Este soltó la carcajada y le respondió tomándolo del brazo y lo llevó al sótano del Hotel, introduciéndolo en una habitación donde estaba ubicada una mesa-taller, con los instrumentos, navajas y cuchillos en uso y una hilera de figuras ya terminadas y otras a medio hacer y le dijo: Todas esas figuras las hago yo y si no le gustan las que existen, yo le hago por encargo las que quiera. Expedito no salía de su asombro, compró varias obras y encargó otras, haciendo cruces sobre lo polifacético del personaje, su simpatía e inteligencia. El siguiente día llevó Malavé a Carúpanp para tomar el avión a Caracas y al llegar a Puerto Santo, Expedito le manifestó su preocupación porque tenía vencida la licencia de conducir. Malavé frenó en seco y le dijo: Ud. es sortario, deme su licencia para renovársela, ya que tengo facultades para ello en virtud de que soy Inspector de Vehículos del Distrito Arismendi. Morales se la entregó e inmediatamente Cruz le colocó el sello oficial y firmó el documento. El amigo Morales se hacía cruces sobre lo extraordinario del personaje, se hicieron amigos y hasta compadres. Mensualmente le enviaba Malavé a Expedito su caja de dulces caseros, exquisitos al gusto, que elaboraban las Hermanas Suniaga. Nunca supo Expedito de las varias habilidades que cumplía Malavé como rezandero, poeta, cantante y bailarín. Así eran los riocariberos de entonces.

10 de noviembre de 2008

Arturo Hernandez

Don Nieves Arturo Hernández, que era su nombre completo, fue uno de esos seres que vinieron al mundo a ser un dechado de honradez, bondad, simpatía y generosidad. Fué un comerciante honesto que durante años mantuvo un negocio de compra venta de productos del campo, especialmente cacao y café, que combinaba con la venta de artefactos y materiales de ferretería, pintura y mercancias varias. Formó un hermoso hogar con la honorable dama Julia Grisanti de Hernández, también representante de esas familias de prosapia que se levantaron en el pueblo y tuvieron 4 hijos que siguieron el ejemplo de sus padres. Los varones son: el Dr. Arturo Hernández Grisanti, un distinguido abogado que durante muchos años fué un fogoso parlamentario, experto en cuestiones petroleras, habiendo sido Ministro de Minas e Hidrocarburos. Profesor Universitario, Dirigente Político y Embajador de Venezuela en varios países. Goza del aprecio de numerosas personas dentro y fuera del País y se mantiene como un técnico valioso para la República. El otro varón de la familia es Humberto Hernández Grisanti, un bizarro oficial de nuestras Fuerzas Armadas en el ramo del Ejército, donde alcanzó el alto grado de General de Brigada, habiendo ocupado elevados cargos en distintas guarniciones militares del País.Simultáneamente con su carrera militar,siguió estudios universitarios en el ramo del Derecho, habiendose graduado con muy buenas calificaciones. Al retirarse del Ejército por el vencimiento del tiempo de servicio, no ha querido ejercer su carrera de Abogado. Las dos hembras del matrimonio, Irmita y María Luisa, dos bellos ejemplares de la belleza criolla, se dedicaron inicialmente a la docencia y luego a la formación de sendos hogares que formaron con dos distinguidos profesionales. Don Arturo Hernández solía dar largos paseos por las calles del pueblo en compañía de su esposa, recibiendo el saludo de los miembros de la Comunidad, que sin distinción de personas les manifestaba su afecto y respeto.

3 de noviembre de 2008

Aljibes de Río Caribe

El tercer aljibe que se construyo en Río Caribe vino a satisfacer la necesidad del vital líquido en un vasto sector. Esta ubicado frente el lado izquierdo de la Iglesia y diariamente era visitado por los habitantes de Calle Piar, Sabaneta, Choro´Choro, Santa Bárbara, Las Charas, Avenida Bermúdez, Calle Nueva, Calle Rivero, Alrededores de la Iglesia y toda la Zona Periférica. Era el pozo más grande, dotado de un alto mural de protección y vigilancia permanente para evitar desmanes. Después del muro tenía una armazón de madera dura que abarcada toda la abertura del aljibe. De esa armazón se desprendían unas cabuyas que pasaban por 'motón' marinero que facilitaba traer desde el fondo, uno o dos baldes grandes de agua, con los que se llenaban los recipientes que traían los usuarios. Su zona de influencia era toda el área que hoy ocupa el 'Parque Miranda'. Los niños no podían ni acercarse al pozo, ya que era tan peligroso caerse desde arriba. Yo que era medio travieso logré colarme y asomarme al brocal y los que vi fue un pozo negro y profundo que al fondo brillaba como un mediecito. Llegaban burros y mulas a cargar sus barriles de agua y era todo un espectáculo ver la brega del emisario para cargar los animales. En efecto, al bajarse del burro o la mula, el jinete preparaba sendos lazos donde iba a colocar los barriles de 40 litros. Le pedía a alguien que le aguantara el burro mientras el colocaba y amarraba el barril de 40 litros. El ayudante seguía aguantando el sillón para que no se volteara y al burro para que no caminara. Daba la vuelta y subía el otro barril asegurandolo con los lazos que había hecho. Ya cargado el burro venía el proceso de equilibrar la carga y no era raro que con los movimientos del animal, las sogas se despegaran y entonces había que salvar los barriles, descargando el animal. Otras veces era por la cantidad de jumentos que llegaban, alguna o algunas estaban en celo y entonces el jumento se olvidaba de la carga y empezara la persecución de la burra buscapleito y por mas que el jinete le daba palos con una vara, el reclamo sexual predominaba y los burros presentaban su función natural. Apenas se puso en servicio el Acueducto, las familias que moraban en las calles adyacentes, que eran pudientes, se afiliaron rápidamente al servicio domiciliario y al poco tiempo, ya no tenía justificación el Aljebe y el Gobierno ordeno su cierre y en el área se construyo el actual Parque Miranda, con sus jardineras y aceras, al igual que Bancos de descanso. Quedó muy bonito y le dio realce al Sector, lo único es que durante muchos años no le colocaron la Estatua de Miranda y permaneció así hasta hace poco.,

30 de octubre de 2008

Aljibes Publicos de Rio Caribe - Aljibe de la Jabilla

El segundo pozo de abastecimiento de agua potable en el pueblo era el de La Jabilla, un espacio amplio cubierto de arboles de jabillo, que permanentemente dejaban caer una "barbas", con las cuales rellenábamos los guantes de lona con los que jugábamos en el improvisado parque. En el interior del pozo nacían numerosos manantiales, que aparte de mantener un buen caudal, siempre estaba limpia y cristalina. Surgieron problemas con la comunidad, porque en las noches se metían hombres a bañarse desnudos en la poza y tardaba mucho en aclararse, por lo que los habitantes de La Playa, Chamberí, Calle Nueva, Avenida Sucre y hasta la gente de Santa Bárbara y Las Charas, que venían con sus burros cargados de barriles a llenar tranquilamente sus recipientes no podían abastecerse. Debido a las frecuentes quejas, el Gobierno del Estado ordeno la construcción de una plataforma de cemento, con aberturas para meter los baldes y se acabó el problema. Había mujeres y hasta hombres, que se ocupaban de transportar agua a las casas mediante un módico pago por su trabajo. Durante años perduró este sistema y solo terminó cuando construyeron el Acueducto y las familias se afiliaron al nuevo servicio. El paraje de este pozo era muy fresco, debido a que nacían espontáneamente arboles de "Guanábana Cimarrona", "Tarantán" y "Chiguichigui" que cuando maduraban dejaban salir sus olores. Toda la rivera del río tenía una greda morada de poca consistencia, que permitía el nacimiento de numerosos ejemplares de cangrejos violinistas con sus grandes macanas, que corrían a esconderse al oír cualquier ruido.

Aljibes Publicos de Rio Caribe - Aljibe del Molino

Ya que hablo del Aljibe del Molino, me acuerdo que la única Calle recta, sin jardinera central era la celebre Calle Valdés (Cerro Colorado) y para entonces y repentinamente, nació una gran afición por las motocicletas, claro que entre las familias pudientes que pudieran adquirirlas. Río Caribe tenía diferentes campeones por sectores, pero el más destacado era Licho Pavan, quien poseía una tremenda moto marca Indian de 350 caballos, con la cual formaba estrépito por donde pasaba. El Campeón de Cumaná y del Estado Sucre era Ñiñí Luciani y por supuesto, nació una enconada rivalidad entre los campeones y decidieron dilucidarla en una carrera especial y el lugar escogido fue Cerro Colorado. El encuentro se realizó un domingo en la mañana y los dos gladiadores aspiraban probar los sabores del triunfo. Se correrían cuatro vueltas, arrancando desde El Molino hasta Mateito y luego otras 4 vueltas arrancando desde Mateíto hasta El Molino. Había un público numeroso y delirante que aupaba a su favorito, que era el local. Arrancó la carrera y Ñiñi tomó la delantera y Licho trataba de alcanzarlo coleandose por la cuneta. Después de las ocho vueltas, hubo un claro ganador, que fue ñiñí Luciani, quien de todos modos era nativo de Río Caribe. Lástima que a los pocos meses Ñiñí sufrió un accidente automovilística y murió trágicamente.

27 de octubre de 2008

Aljibes Públicos

Para 1945 no había servicio de agua potable en el pueblo y solo cuando asumió la Presidencia de la República el General Isaías Medina Angarita y la Presidencia del Estado Sucre, el Dr. Alberto Díaz, se decretó el inicio de obras de carácter público. Para el abastecimiento de agua, la localidad contaba con el Río Nivaldo, de muy poco caudal, pero suficiente para las necesidades. Esta agua era transportada hasta las casas mediante latas, barriles y tambores, con los cuales llenaban recipientes más grandes. El río no conservaba siempre el mismo potencial y cuando avanzaba la época de sequía, bajaba el nivel de aguas. Algunas familias tenían en sus casas, aljibes particulares. Para abastecer el resto de la población existían tres aljibes públicos y un estanque para baño, ubicados en sitios estrátegicos, que diariamente eran utilizados por la gente, en diferentes horas del día El aljibe que abastecía la mayor cantidad de gente, era El Molino, localizado al final de la Calle Valdez (Cero Colorado), que contaba con una bomba movida por una rueda, que se orientaba con una palanca. Era una construcción redonda y en su interior tenía un estanque, con el cual se alimentaba a los usuarios por medio de tubos con llaves, con lo cual se llenaban las distintas lata, barriles y hasta ollas. Siempre había discusiones por los puestos en las filas.

25 de octubre de 2008

Juan Pietri

Este personaje fué el último de la familia Pietri que quedó en el pueblo, cuando toda la parentela se vino a Caracas. El era un tipo muy leído y se especializaba en redactar documentos y tenía una de las letras mas claras y bonitas que yo he visto .No lo ví mucho tiempo en Río Caribe, porque yo salí del pueblo muy jóven, sin embargo lo recuerdo como un señor mayor, gordo, mofletudo, de voz esténtorea, antigobiernista y enemigo declarado de funcionarios 'camaleones' de la administración municipal. Su familia no lo dejó abandonado, sino bajo el cuidado de los esposos Federico y Teresa Brito . Poco a poco fué perdiendo el juicio y apenas lo dejaban salir solo en el pueblo. La Familia Brito decidió venirse a Caracas por razones personales, al irse graduando los hijos. Naturalmente, tuvieron que traerse también a Juan. Ellos vivían en una hermosa quienta en la Avenida Puincipal de la Urb. Los Castores, en San Antonio de los Altos y tenían el cuidado especial de mantener a Juan dentro de la casa, donde no le faltaba nada. Allí lo vi con más frecuencia porque mi hermana vivía cerca. Siempre estaba bien vestido y con sombrero de fieltro y corbata. Su obseción por Río Caribe era alucinante y no dejaba de persar en ello. Cuando lograba vencer la vigilancia familiar, se paraba en la calle como un tipo normal que esperaba una 'cola' para venir a Caracas. Algunos vecinos que no lo conocían, se paraban y lo invitaban a subir al automovil. Cuando recorrían un trayecto, el vecino le preguntaba que para donde iba, a lo que Juan le contetaba:' LLEVAME PARA RIO CARIBE, TU SABES DONDE QUEDA'. Entonces era que el chofer se daba cuenta que se trataba de un desquiciado e inmediatamente daba la vuelta y lo regresaba al sitio donde lo encontró, para quitarse esa responsabilidad. Naturalmente, la familia Brito y los vecinos estaban desaforados, pensando donde estaría Juan y le daban las gracias al chofer por su retorno. Muchas veces me enteré de las salidas y regreso de Juan, hasta que el vecindario lo conoció y más nunca le dieron la cola para Caracas.

Otras de Licaco

Domingo era efectivo como vendedor o como obrero. Todos sus pregones los hacía en versos cantados, con rima y armonía. Lo llamaban para realizar tareas, pero como habían otro trabajadores disponibles, lo relegaban con alguna frecuencia y él no olvidaba esa postergación y cuando era nuevamente solicitado paro otro trabajo, él ripostaba con estos versos: 'Cuando no encuentran o otro, me llaman a mí, me llaman a mí, pero ahora que tu a mi me buscas,pues ya yo me fuí,pues ya yo me fuí ' Y con esa perorata continuaba y no hacía caso al requerimiento. Tiene muchos versos parecidos, algunos impublicables. Vamos a dejarlo allí.

Domingo Rondon (Lilaco) - Continuación

Si me pusiera a narrar las numerosas anécdotas de los locos y de los atronados que para entonces había en el pueblo, no me alcanzaría el tiempo para escribirlas. Yo vi muchas veces, hombres y mujeres que iban hablando solos por calles, igualmente sorpendí a individuos muy serios, haciéndole muecas a la figura que reflejaba el espejo, llegándo hasta a sacarle la lengua o lanzarle golpes de boxeador al chorro de agua que salía de la regadera. Son muchisimos los actos similares, pero igualmente no faltaban casos de que esas mismas personas producían poesías, articulos de prensa, obras de teatro y otros que elaboraban obras de arte, manualidades finas, muebles, barcos y muchos productos que requieren inteligencia y facilidades manuales.
Domingo, nuestro personaje, realizaba todos sus actos de manera inusitada y graciosa. Cuando salía a vender pan, recibía el canasto en la panadería de Rosita Navarro junto con las instrucciones sobre precio de venta y forma de dar vuelto, se echaba el cesto bajo el brazo y emprendía su ritual de gritos promocionales: ! PAN, PAN, PAN, PAN, PAN, PANIEL , PANIEL, PANIEL, PAN DE GALLO, PAN DE MANO, PAN, PAN, PANIE, PANIEL, y así continuaba con su cántico, por las calles adyacentes, por el Puerto y el Mercado, vendiendo su producto con alegría y jovialidad. Los muchachos y algunos hombres, le gritaban sobrenombres para molestarle: 'Licaco, mata gato', 'la querida de Bolivar', 'Licaco, coge chiva' , pero él no les hacía caso o les contestaba con improperios. Con frecuencia, lo solicitaban para limpiar patios, botar basuras, podar arboles, transportar encomiendas y para actividades varias, que él cumplía con diligencia, a sabiendas de recibir un pago. Su vida transcurría entre trabajo y bromas, todo el mundo lo quería y muchos le satisfacían su voraz apetito. Fue el loco más popular de Río Caribe y su fama ha trascendido a través del tiempo. Yo lo cito como el representante de los locos pacificos del pueblo, porque citar a 'Chente el Loco', 'Golpe de Agua', 'Carmelo el loco', 'Chuchú el loco', 'Marraya', 'Moncho Pajarito', 'Manuel el loco', 'Loncho Cova' y otros no le añade más calidad al género.