31 de mayo de 2010

QUE ME HÁ DADO CARACAS. Salida de Rio Caribe

Decidí marcharme de Rio Caribe a los 14 años, hacia los campos petroleros, creyendo que con mi sexto grado aprobado y mis deseos de trabajar, encontraría un empleo rápidamente, aunque fuera de office boy, en cualquier Empresa Petrolera, pero no me imaginé lo difícil que se me haría. Fueron seis meses de diligencias fallidas y no pasé hambre, porque estaba alojado en la casa de unos familiares, pero si pasé múltiples sinsabores. Vino por fin un norteamericano, Gerente de la Empresa y me dijo que allí no había posibilidad de trabajo como oficinista, que si por casualidad, había algún movimiento de personal, era para obreros y para optar a un ingreso en esa categoría, debía tener mi libreta de inscripción militar. Yo tenía para entonces apenas 15 años recién cumplidos y era flaco y debilucho, pero con buena estatura.

Le escribí de inmediato a mi amigo el Negro Figueroa, para que me consiguiera en Río Caribe, un justificativo donde constara que yo había nacido el año 1.926 y por supuesto, tenía 18 años y con este documento saqué mi Libreta Militar.

Continué en mis gestiones hasta que logré el ingreso en la Refinería Creole, previa aprobación del examen físico. Un médico recién graduado había determinado que yo tenía anillos inguinales y por lo tanto no podía ingresar a la Empresa. Por medio de un primo hablé con el Dr. Jacinto López, quien era el Jefe del Servicio Médico y estaba casado con Rosita Cardinale, una paisana de Río Caribe. Por su intermedio e intervención personal, me hizo de nuevo el examen médico y determinó que estaba perfectamente de salud y así lo hizo constar en un Informe Médico.

Con esa certificación acudí a la Oficina de Labor de la Empresa y enseguida me dieron la orden de ingreso como obrero raso y el día 19 de Marzo de 1.945, día de San José, comencé a trabajar en la Refinería de Caripito, pico y pala a pleno sol monaguense.

No tenía experiencia en el uso de esos instrumentos, pero poco a poco fui cogiendo el paso con la ayuda de unos magníficos compañeros de trabajo, que me ayudaban y alentaban en la tarea.

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