Despues de muchos años de espera por la solución de sus problemas más ingentes, finalmente el Gobierno Nacional presidido por el General Eleazar López Contreras, persona muy querida de nuestro pueblo, aprobó la solicitud más costosa y urgente, del total de las peticiones formuladas, como fué la construcción del acueducto de Río Caribe.Las esperanzas empezaron a tener visos de realidad cuando llegó por barco de la CAVN el primer lote de tubos a utilizar en el sistema. Eran unos tubos de hierro negro de 10 metros de longitud y 20 centimetros de grosor, construídos en forma tal que encajaran unos con otros por sus extremos. Las bocas vinieron protegidas con unas tapas de estopa para protegerlas del ingreso de arena y de cualquier sustancia dañina. Como el cargamento era pesado y voluminoso, se trajo en tres lotes y se fueron colocando en la parte seca de la playa, pegado del malecón, trente a la Oficina de Resguardo Marítimo, formando una pila de cierta altura, que fué creciendo a medida que llegaban los barcos y se colocaban, tantos esos tubos como otros de menor grosor que también se usarían en el sistema. Los muchachos usabamos esa pila para nuestros juegos, corriendo y saltando encima de ellos durante horas, hasta que venía la policía y nos corría del sector. Cuando se complementó la cantidad de tubos y en embarques posteriores se trajeron los voluminosos motores y las bombas correspondientes para impulsar el agua de los "pozos artesianos" hasta la Caja de Agua, comenzaron los trabajos en firme, bajo la Dirección de una Empresa vasca que ejecutaría esa obra y otras de menor magnitud. Los ingenieros y topógrafos armados con sus teodolitos y otros aparatos, iban tomando en sus libretas las longitudes y alturas de los sitios por donde pasaría la tubería y luego elaboraban unos planos indicativos de esas vías. Comenzaron los trabajos de apertura de zanjas a puro pico y pala por distancias de unos 30 metros de longitud e iban "sembrando" la tubería, empalmando un tubo con otro y asegurando la ubicación de los tubos en la profundidad con soportes laterales de cemento. Se hacían pruebas de la tubería ya colocada y se iban tapando las zanjas, dejando "bocas de visita" . Por cierto que los pobladores y los contratistas tenían la esperanza de encontrar tesoros o "entierros" de cofres y cajones repletos de monedas de oro o joyas valiosas y solo encontraron algunos huesos, pelos y muñecos de arcilla sin ningún valor arqueologico.Los trabajos comenzaron desde la playa en linea recta por la Avenida Bermúdez y una vez determinado el ritmo de la obra, se contrataron cuadrillas para ir abriendo zanjas en las calles paralelas a la Avda, como eran la Calle Valdez o Cerro Colorado, Juncal o El Alacrán, Calle Nueva, Calle Rivero, Wate Cochino o 14 de Febrero, Calle Piar, Choro Choro y demás. No era fácil el trabajo, por las frecuentes lluvias y la aparición de manantiales y cursos de agua que debían segar o desvíar.
Esto continuará