El segundo pozo de abastecimiento de agua potable en el pueblo era el de La Jabilla, un espacio amplio cubierto de arboles de jabillo, que permanentemente dejaban caer una "barbas", con las cuales rellenábamos los guantes de lona con los que jugábamos en el improvisado parque. En el interior del pozo nacían numerosos manantiales, que aparte de mantener un buen caudal, siempre estaba limpia y cristalina. Surgieron problemas con la comunidad, porque en las noches se metían hombres a bañarse desnudos en la poza y tardaba mucho en aclararse, por lo que los habitantes de La Playa, Chamberí, Calle Nueva, Avenida Sucre y hasta la gente de Santa Bárbara y Las Charas, que venían con sus burros cargados de barriles a llenar tranquilamente sus recipientes no podían abastecerse. Debido a las frecuentes quejas, el Gobierno del Estado ordeno la construcción de una plataforma de cemento, con aberturas para meter los baldes y se acabó el problema. Había mujeres y hasta hombres, que se ocupaban de transportar agua a las casas mediante un módico pago por su trabajo. Durante años perduró este sistema y solo terminó cuando construyeron el Acueducto y las familias se afiliaron al nuevo servicio. El paraje de este pozo era muy fresco, debido a que nacían espontáneamente arboles de "Guanábana Cimarrona", "Tarantán" y "Chiguichigui" que cuando maduraban dejaban salir sus olores. Toda la rivera del río tenía una greda morada de poca consistencia, que permitía el nacimiento de numerosos ejemplares de cangrejos violinistas con sus grandes macanas, que corrían a esconderse al oír cualquier ruido.
30 de octubre de 2008
Aljibes Publicos de Rio Caribe - Aljibe del Molino
Ya que hablo del Aljibe del Molino, me acuerdo que la única Calle recta, sin jardinera central era la celebre Calle Valdés (Cerro Colorado) y para entonces y repentinamente, nació una gran afición por las motocicletas, claro que entre las familias pudientes que pudieran adquirirlas. Río Caribe tenía diferentes campeones por sectores, pero el más destacado era Licho Pavan, quien poseía una tremenda moto marca Indian de 350 caballos, con la cual formaba estrépito por donde pasaba. El Campeón de Cumaná y del Estado Sucre era Ñiñí Luciani y por supuesto, nació una enconada rivalidad entre los campeones y decidieron dilucidarla en una carrera especial y el lugar escogido fue Cerro Colorado. El encuentro se realizó un domingo en la mañana y los dos gladiadores aspiraban probar los sabores del triunfo. Se correrían cuatro vueltas, arrancando desde El Molino hasta Mateito y luego otras 4 vueltas arrancando desde Mateíto hasta El Molino. Había un público numeroso y delirante que aupaba a su favorito, que era el local. Arrancó la carrera y Ñiñi tomó la delantera y Licho trataba de alcanzarlo coleandose por la cuneta. Después de las ocho vueltas, hubo un claro ganador, que fue ñiñí Luciani, quien de todos modos era nativo de Río Caribe. Lástima que a los pocos meses Ñiñí sufrió un accidente automovilística y murió trágicamente.
27 de octubre de 2008
Aljibes Públicos
Para 1945 no había servicio de agua potable en el pueblo y solo cuando asumió la Presidencia de la República el General Isaías Medina Angarita y la Presidencia del Estado Sucre, el Dr. Alberto Díaz, se decretó el inicio de obras de carácter público. Para el abastecimiento de agua, la localidad contaba con el Río Nivaldo, de muy poco caudal, pero suficiente para las necesidades. Esta agua era transportada hasta las casas mediante latas, barriles y tambores, con los cuales llenaban recipientes más grandes. El río no conservaba siempre el mismo potencial y cuando avanzaba la época de sequía, bajaba el nivel de aguas. Algunas familias tenían en sus casas, aljibes particulares. Para abastecer el resto de la población existían tres aljibes públicos y un estanque para baño, ubicados en sitios estrátegicos, que diariamente eran utilizados por la gente, en diferentes horas del día El aljibe que abastecía la mayor cantidad de gente, era El Molino, localizado al final de la Calle Valdez (Cero Colorado), que contaba con una bomba movida por una rueda, que se orientaba con una palanca. Era una construcción redonda y en su interior tenía un estanque, con el cual se alimentaba a los usuarios por medio de tubos con llaves, con lo cual se llenaban las distintas lata, barriles y hasta ollas. Siempre había discusiones por los puestos en las filas.
25 de octubre de 2008
Juan Pietri
Otras de Licaco
Domingo era efectivo como vendedor o como obrero. Todos sus pregones los hacía en versos cantados, con rima y armonía. Lo llamaban para realizar tareas, pero como habían otro trabajadores disponibles, lo relegaban con alguna frecuencia y él no olvidaba esa postergación y cuando era nuevamente solicitado paro otro trabajo, él ripostaba con estos versos: 'Cuando no encuentran o otro, me llaman a mí, me llaman a mí, pero ahora que tu a mi me buscas,pues ya yo me fuí,pues ya yo me fuí ' Y con esa perorata continuaba y no hacía caso al requerimiento. Tiene muchos versos parecidos, algunos impublicables. Vamos a dejarlo allí.
Domingo Rondon (Lilaco) - Continuación
22 de octubre de 2008
Domingo Rondon (Lilaco) - Continuación
Como decía en mi capitulo anterior, el remoquete de 'riocarilocos' que desde hace muchos años nos impusieron los carupaneros, quizás con el deseo interno de que le replicáramos llamándalos 'carupatos', tiene alguna justificación en las actitudes anormales que asumimos en ciertos casos. Ya dije que una de las causas de esa situación, era la unión de parejas con parentescos cercanos, pero otros motivos deben haber privado para que eso sucediera. En efecto, no es normal que un hombre que trabajaba como ayudante de albañil, decidiera simular su muerte para saber si sus familiares lo querían, o el de un individuo que asuma la costumbre de que a cualquier hora, se lanzara desde la orilla de la playa a emprender un viaje solitario, a nado, hasta llegar a la playa de El Morro y al arribar a su destino, descansar un cuarto de hora y volverse a lanzar al mar para el retorno a Río Caribe, luchando contra la corriente y el viento, o la actitud del mismo personaje, que llegó al pueblo al jubilarse de su trabajo en una empresa de transporte y habiendo traído un stock de trajes y otras indumentarias finas y como quiera que no había actos festivos para lucirlos, se vestía de regia gala con traje, chaleco, sombrero de fieltro y zapatos finos para, ir a la playa a comprar pescado y en la tarde volvía a vestirse con otro traje, para ir a comprar pan o el caso emblemático de un señor muy serio, dueño de barbería, que cualquier día amanecía vestido con un largo sayo y salía a la calle emitiendo alaridos lastimeros, llamando a su hijo muerto, imitando así a la Sayona o la Chirigua y al otro día volvía a ser normal. Así como esos se sucedían decenas de casos. Pero había otro grupo de locos o alucinados, que convivían pacíficamente en la comunidad y daban frecuentemente signos de inteligencia superior, lo cual hizo que profesionales muy distinguidos opinaran, que la causa de que los riocariberos perdieran la chaveta, era su exceso de inteligencia, que en un determinado momento sobrepasa los índices normales. A estos últimos pertenecía Domingo, o sea Licaco, un orate pacífico, que era solicitado como vendedor de pan, obrero pico y pala, limpiador de cunetas, recogedor de desperdicios y otros menesteres. Sus frases ingeniosas, actos graciosos y dichos populares, tenían repercusión en todo el pueblo y no obstante el tiempo transcurrido, aún se recuerdan con cariño. Su apetito era prodigioso, comía de todo y en las horas que le ofrecieran comida, tenía mucha fuerza para cargar y transportar cosas pesadas. conocía a las personas y sabía su domicilio. No era grosero y solo se rebelaba contra los muchachos que le echaban bromas y contra cualquiera que se metiera con sus familiares, especialmente contra su tía/madre Gerónima Rondón. Provenía de una familia honorable y muy querida del pueblo. Además de Gerónima que fué quien lo crió, era hermano de Pitón y primo de Angel Belén e Higinio Rondon, Todos muy apreciados en la comunidad. Lástima que murió relatinamente jóven, al tomar la manía de comer sal marina en granos, que le efectó los riñones. CONTINUARÁ EN EL PROXIMO CAPITULO.
20 de octubre de 2008
Domingo Rondon (Lilaco)
La fama de locos que nos han endilgado desde hace muchos años a los riocariberos, no está lejos de la realidad, ya que todos tenemos algo de desquiciados, aunque parecemos muy normales en nuestro desempeño diario. En un principio, los locos o los medio locos surgían de esas familias con parentesco muy cercano, que al contraer matrimonio y de acuerdo a los postulados de la Ley de Mendel, producían hijos con insuficiencia mental de diferentes grados. Era muy frecuente entre las familias encopetadas del pueblo, descendientes de corsos y europeos en general y esas familias solían tener ' el loco o la loca de la casa' que permanecían enclaustrados en el cuarto trasero de la casa y no eran vistos en la calle salvo que se escaparan del encierro. Había otros que no eran locos del todo, ya que estaban en capacidad de trabajar en algo y finalmente había otro grupo que sufría la acción de la luna o de los cambios de clima, convirtiéndose repentinamente en locos furiosos y agresivos, que debían ser encerrados en cuartos cerrados durante el tiempo que durara la crisis. Paulatinamente iban cambiando y se convertían en personas normales. Son numerosos los cuentos y anécdotas sobre hechos reales ocurridos. Uno de los que recuerdo es el de dos personajes muy queridos del pueblo. Uno era un albañil de muy reconocida aptitud, pero que esporádicamente perdía la chaveta y había que someterlo a la terapia antes citada. Otro era un afamado tipógrafo, que también se volvía loco por corto tiempo y aparte de su encerramiento, había que frenarlo en su manía de comer 'añil' o Azulillo, lo que le teñía la boca de un azul índigo. Poco a poco iba mejorando hasta que se normalizaba del todo y empezaba a dar pequeños paseos por la ciudad. En uno de esos paseos Miguel Gil, el tipógrafo, se topó con el albañil y se produjo el siguiente diálogo: !Tu Miguel Verde, yo Miguel Gil! ! Tu comes mierda y yo como añil!. (CONTINUARA EN PROXIMO CAPITULO)
18 de octubre de 2008
Domingo Figueroa Verde
16 de octubre de 2008
Pedro Aliendres
15 de octubre de 2008
MUJERES BELLAS DE RIO CARIBE PARA 1.945 (II)
Las más bellas mujeres de Río Caribe para 1.945
13 de octubre de 2008
Victor Jose Garcia
Jesús Bejarano
Propietario de una Tienda Bazar localizada en la Avenida Bermúdez, que siempre tenía en existencia una variedad de artículos, que por un módico precio, satisfacía nuestra aspiración de cuadernos, caramelos, juguetes, papeles, sobres, lápices, y variedades. Siempre estaba al día con nuestros requerimientos como juventud y aún de los mayores. Lo más resaltante del personaje era su simpatía en el trato, el emitir el consejo oportuno sobre diferentes cosas y la orientación a sus clientes sobre el desarrollo de la vida del pueblo. Por considerarlo un personaje importante y de gran relevancia para nuestra localidad lo incluyo en este portal.
Felicia Leiva
Este es uno de los Personajes más queridos de Río Caribe. Su mérito más grande es haber ayudado a nacer un porcentaje mínimo del 80 % de los niños del pueblo. Era una comadrona competente, muy cariñosa y responsable, que era requerida por las mujeres del Sector, desde los primeros meses de gestación, lo cual le daba oportunidad de seguir el proceso de cada embarazo, de tocar la barriga para ver y sentir la posición del niño y evaluar el estado de salud de la parturienta. Por eso el éxito de su asistencia en el alumbramiento, bien fuera que vinieran uno o más niños o que adoptaran una posición neonatal de cabeza o de pies. Su talla era de una mujer robusta, que contaba con una familia numerosa. Todos de color oscuro y de un carácter bonachón y dispuestos a favorecer a quien le hiciera falta. El pago de sus servicios era un aspecto secundario y solo exigía que en la casa hubiera sábanas limpias, tijera, jabón, aceite, algodón y compresas suficientes para la limpieza del recién nacido. Todas las familias le tenían una confianza extrema y un cariño inusitado. Siempre fue pobre y murió pobre. pero contando con la consideración y el aprecio de todo el conglomerado. Como una demostración de ese afecto, fue designado con su nombre el parque que existe en el pueblo.
7 de octubre de 2008
Dr. Juvenal Aliendres M.
El Padre Paulino
3 de octubre de 2008
Julio Gonzalez
Mediante una labor pedagógica de muchos años, el Maestro Julio González dedicó sus mejores esfuerzos a la enseñanza de una juventud ávida de conocimientos. Comenzó muy jóven su actividad educativa, con dedicación, entusiasmo y una lucha tenaz para trasmitir a sus alumnos, principios morales, espirituales, religiosas y culturales, además de las materias lectivas que señala la Ley. Las promociones anuales se sucedieron por años y todos sus alumnos, que luego fueron sus amigos, guardan por él una estimación y respeto admirable. Llevó una vida austera, quizas debido al escaso ingreso que devengan los maestros venezolanos, pero también por su dignidad y honradez reconocida. Lo acompañó en su sacrificada vida, una mujer ejemplar, también docente, llamada Luisa Yánez, con quien procreó tres hijos; janet, Julio César y Luis César, quienes siguiendo su ejemplo formaron hogares dignos y cursaron estudios superiores, hasta obtener meritorios grados universitarios. El Maestro Julio le dió lustre a su profesión y a su escuela. Yo tuve la fortuna de asistir durante un año a sus clases, que me pareció corto, cuando cursé el Sexto Grado, proveniente de varios planteles , donde se impartía una educación ortodoxa y al llegar a la Escuela 'José Silverio González' me encontré con un ambiente diferente, con un maestro con fama de riguroso y disciplinado. El primer día de clases nos recibió con una charla en la cual señaló las normas a seguir en el año escolar, el horario de clases, las conductas de los alumnos en la escuela y en la calle, el necesario rendimiento escolar y en general, los lineamientos del comportamiento en sociedad. Enfatizó sobre la limpieza personal, el vocabulario diario, la pulitura del calzado, incluyendo la suela vecina al tacón. El obligatorio uso diario del 'guardapolvo', que se coloca encima de la ropa y se debia mantener impoluto en su blancura. Las clases del Maestro Julio eran un dechado de enseñanza, de cultura, de preparación sobre el futuro. Exigia la colaboración con el periódico mural 'Cayaurima' y los actos culturales y teatrales que esporádicamente se realizaban. Propugnó la creación de dos grupos aparentemente 'antagonicos', formados por alumnos de conocimiento parejos. Esos grupos se identificaban como 'Esparta' y 'Cartago' y se 'enfrentaban' en duelo de preguntas y respuestas que inducían al estudio, la competencia y la amistad entre los participantes. En vida se le hicieron múltiples homenajes y con estas palabras le rendimos un recuerdo que lo acompañará en su descanso eterno.