26 de agosto de 2010

QUE ME HA DADO CARACAS-Mi único Matrimonio

Para el año 1.952, la República de Venezuela y especialmente Caracas estaban en plena etapa de crecimiento y desarrollo. Se construían las Avenidas: Urdaneta, Sucre, San Martín, Andrés Bello, Nueva Granada, Victoria, Intercomunal El Valle, Fuerzas Armadas, Los Ilustres, Los Próceres, Francisco de Miranda, Francisco Fajardo, Autopista del Este, O’ Higgins, Cota Mil, Cota 905, Baralt, Roosevelt y otras. Igualmente las obras mayores de : Autopista Caracas-La Guaira, Siderúrgica del Orinoco, Nueva Escuela Naval de Mamo, Nuevos Puertos de La Guaira y Puerto Cabello, Carretera a Oriente, Canalización Río Orinoco, Autopista General del Centro, Nuevas Escuelas Militar y Fuerzas Armadas de Cooperación, la Avenida Bolívar, Puente sobre el Lago de Maracaibo, la Ciudad Universitaria con sus monumentales: Hospital Universitario, Edificios de Escuelas de Medicina, Ingeniería, Arquitectura, Economía, Derecho, Ciencias, Sociología y Escuela Técnica Industrial al principio y luego Escuela Universitaria de Enfermería, los estadios de Beisbol y Futbol, el Rectorado y su Aula Magna, el Jardín Botánico, los aeropuertos de Maiquetía y la Carlota, Apertura Roca Tarpeya, nuevo Edificio Cuerpo de Bomberos, los hospitales de Catia, Coche y Pérez de León de Petare, los Mercados de Catia, Chacao, Coche, Petare, Los Rosales y el Cementerio. Las Fuerzas Armadas sufrieron transformaciones importantes. Se creó en Caracas el complejo de Fuerte Tiuna que unificó al estamento militar del Ejército, con sus diferentes cuarteles y batallones. Toda esa área unida al Círculo de las Fuerzas Armadas, el Instituto de Previsión Social de las Fuerzas Armadas, la Avenida Los Próceres, las Escuelas Militar y de las Fuerzas Armadas de Cooperación, configuró un bastión armado que siguió creciendo con el tiempo, incluyendo zonas residenciales. Se suman a estos elementos de Fuerte Tiuna, los demás Fuertes construidos en las zonas de Valles del Tuy, las capitales de Estado y ciudades importantes. Esto es solo el Ejército, porque si citamos a las demás fuerzas, empezando por la Armada tenemos la Infantería de Marina, con sus cuarteles y batallones, las unidades flotantes que incluyen fragatas, destructores, patrulleros, transportes, submarinos, remolcadores y hasta aviones y helicópteros; las Fuerzas Armadas de Cooperación, con sus cuarteles, puestos de comando y vigilancia desplegados en todas las áreas del País, Las Fuerzas Aéreas con sus aviones a reacción y sus Batallones y Bases del Interior cubren la seguridad territorial La Empresa Privada gozó de los beneficios de la situación económica y participó activamente en el desarrollo del País. El Sector Vivienda se vio favorecido con la construcción de varias urbanizaciones grandes, tales como: San Bernardino, Guaicaipuro, Florida, Las Palmas, San Martín, San Marini, Artigas, Vista Alegre, Parque Central, El Paraíso, Las Fuentes, El Pinar, Maripérez, Altamira, La Floresta, Los Chorros, Santa Eduvigis, Santa Cecilia, Los Palos Grandes, Prados del Este, Los Campitos, El Peñón, San Román, La California, El Márquez, Los Cortijos, Los Ruices, Las Acacias y otras Urbanizaciones, así como los Edificios y Apartamentos levantados en todas las Zonas de Caracas. Entretanto, la llegada de trabajadores del Interior del País y aún de los países vecinos, era continua, ya que era relativamente fácil lograr un empleo, aunque no se tuviera especialidad, la línea de transporte ARC y otras similares, llegaban diariamente cargados de gente, que inicialmente se alojaban en las pensiones de bajos precios o con parientes o conocidos, pero al poco tiempo buscaban su acomodo en los cerros vecinos y levantaban su rancho de tablas y techo de zinc. Ese proceso era creciente y acumulativo. Cada día venía más gente. De los Andes, de Colombia, de Oriente, de Barlovento y de todas partes llegaban, familias completas y aquí se quedaban. El Gobierno trajo de Europa un pequeño contingente de trabajadores, supuestamente especializados, para trabajar el campo, pero al poco tiempo se incorporaron a la vida urbana como comerciantes. Nació una nueva sociedad de albañiles y constructores que compraban a crédito una parcela de terreno en Los Chaguaramos, Santa Mónica, El Márquez u Horizonte y construían una casa bien bonita y cómoda, que ponían a la venta y al poco tiempo lograban venderla. Con el producto obtenido pagaban el saldo de la parcela y los materiales de construcción, compraban otro terreno y seguían el ciclo. Los venezolanos teníamos como distracción visitar esas casas, cuyos precios eran asequibles, pero nosotros teníamos muy poco. Del total de viviendas que se construían en Caracas, un 85 % era para la clase media y apenas un 15 % era para la clase obrera, siendo el principal oferente el Banco Obrero, con un numero bajísimo de viviendas. Los cerros se veían repletos de ranchos carentes de servicios, salvo la energía eléctrica que se la robaban de los postes. La Urbe presentaba dos caras: Una de la gente de ingresos elevados que podían asumir gastos sibaritas, tener viviendas lujosas, pagar mujeres de servicio, comprar alimentos caros. Ese estrato de población no excedía del 12 %. La otra cara era la de gente de ingresos bajos o medios bajos, que no podía acceder al mercado y estaba limitado hasta en su posibilidad de adquirir alimentos para él y su familia. Claro que esa división no era inalterable, ya que entre una y otra se iba formando una clase colchón que trataba de ascender en su escala social. Caracas gozaba de espectáculos, ferias, tiendas, venta de artículos finos, teatros, restaurantes, clubes, diversiones y salones de recreación. Con frecuencia venían los mejores toreros españoles, compañías de ópera, operetas y zarzuelas, cantantes clásicos y populares, orquestas de bailes y de salón, boxeadores, jugadores de béisbol, campeones de lucha libre, artistas de cine y de teatro, magos, malabaristas, circos y en general, era un buen mercado para el mundo artístico. Lo más popular era el Coney Island de los Palos Grandes y los juegos de pelota en el Stadium de San Agustín. Otros iban al Hipódromo o a las playas populares, ya que su ingreso no permitía otra cosa. La diferencia en el nivel de ingresos y la inflación que iba carcomiendo la capacidad de compra de la población, creaba cierto malestar, que aunado al tipo de gobierno dictatorial que nos regía y la imposibilidad de acceder a las altas posiciones, sumía a la población en una especie de apatía, donde trataba de sobrevivir y buscar siempre nuevas oportunidades. El Gobierno Militar tuvo la idea de organizar un programa de erradicación de ranchos, que se extendían en la zona de Catia, desde Agua Salud y El Manicomio, bordeando todos los cerros y piedemonte que allí existían. Los Barrios de: Ruperto Lugo, Los Frailes, AltaVista, Gramoven, Brisas de Pro Patria, Los Magallanes, La Laguna, Brisas de Pro Patria, Lomas de Urdaneta, El Amparo, Barrio Continente, Entrada al Junquito, Isaías Medina, Quebrada de Tacagua, Pro Patria Arriba, El Observatorio, el Atlántico, 18 de Octubre, Los Flores de Catia y Monte Piedad. Quedaban pendientes los Barrios de Petare, que eran tan numerosos como los de Catia, los del Cementerio, Cota 905, Barrio San Miguel, La Vega y Antimano. También los Barrios de San Pablito y otros de Caricuao, los del Atlántico y Artigas, Los del Guarataro, El Mamón, la Carretera a Guarenas, Mariches, Turumo, Baloa, Guarenas y Guatire. Este programa extraordinario fue encargado al Banco Obrero, que empezó con el Proyecto creado por el Arq. Carlos Raúl Villanueva, que se llamaba “Dos de Diciembre” y posteriormente “23 de Enero”, unido a otro macro proyecto llamado “Cerro Piloto.” El programa era costoso y ambicioso, hasta el punto que debió dividirlo en varias etapas. La Primera fue la denominada Sector Este, que comprendía a Monte Piedad y La Cañada de la Iglesia. Al efecto, fueron desalojados los habitantes de los sectores afectados, mediante la compra individual, previo avalúo, ofreciéndoles a los propietarios e inquilinos alojamiento en los Edificios de Cerro Piloto. Muchos aceptaron y otros preferían obtener el dinero en efectivo y buscar su alojamiento por sí mismos. Los Edificios eran de 15 pisos, con apartamentos de 2, 3 ó 4 habitaciones, dotados de todos los servicios y buenos acabados. También se construyeron Edificios de 4 pisos así como Escuelas, locales comerciales, iglesias, servicios de usos múltiples, centros cívicos y áreas recreativas y para deportes.Era un proyecto completo que resaltaba por sus colores y que cambió radicalmente el aspecto de la zona. El mismo patrón se aplicó en las otras etapas, llegando a conformar un conjunto de viviendas modernas, vistosas y admiradas por técnicos nacionales y extranjeros. Esta cantidad de viviendas construidas tanto en Caracas como el interior del País ocasionó un gran incremento de trabajo. La mayor responsabilidad para la tramitación de las negociaciones por esos inmuebles, correspondía a mi Sección de Boletines y Contratos, teniendo que desplazarnos muchas veces a las oficinas del Interior. Todo eso era con relación al Banco Obrero, ya que en mi parte personal, tenía que con la mudanza de Juanita a mi casa, aumentaron las visitas y mi tía Licha, que después de vivir muchos años en Caripito, donde trabajaba su marido, tuvo necesidad de trasladarse a Caracas, porque este se enfermó y ella compró en Los Magallanes, casi al frente de la casa de Paela, una casa pequeña, a la cual nunca se acostumbró y habló conmigo para ver se todavía había oportunidad de conseguir una casa en Coche, ya el proceso de negociación había terminado y apenas faltaban por formalizar, unas 17 casas. Tuvo la suerte mi tía Licha de que una de esas, quedara disponible y mi jefe me concedió la adjudicación para ella. Otro motivo de satisfacción y alegría, aunque la casa estaba ubicada en el medio de una Vereda larga y cuando había lluvia la gente se mojaba para llegar a ella. Mayo y Junio de 1.952 pasaron rápido y sin mucho que comentar, salvo que mi relación con la vecina se estrechó más, aunque todavía no eran amores formales. El más entusiasmado era yo y las visitas eran más seguidas, aunque la compañera de trabajo trataba de recuperar terreno, pero lo que faltaba allá, se incrementaba acá. La vecina tuvo que dejar el trabajo porque se sentía enferma y estaba muy delgada, por cuya razón decidió irse a los Andes buscando una recuperación de la salud. Yo me preocupé mucho por ello y a los pocos días empecé a notar su ausencia y con cierta periodicidad le escribía cartas y le mandaba periódicos y revistas. En el mes de Julio se produjo el nacimiento del Primer Sobrino, hijo de Juanita, que trajo alegría a la familia y fue motivo de fiestas y reuniones en la casa. Cuando mi vecina llegó de los Andes la recibí con todo el contento que provoca el retorno de una ausencia. Todo lo anterior quedó en el olvido, ya empezaban a sonar las campanas de matrimonio. Había una total aceptación de la vecina en el seno de la familia. El recién nacido recibió todo el amor de la vecina, que lo visitaba con frecuencia. Ya para Agosto estábamos enamorados y haciendo planes de boda. Como tanto ella como yo teníamos casa, decidimos quedarnos a vivir en la suya y traspasarle la mía a mi hermana Juanita, quien me cancelaría la cuota inicial y otros pagos efectuados al Banco Obrero, así como otros gastos efectuados por mí. Todo eso se ajustó en Bs.6.000.oo, que me serviría para cubrir parte de los gastos de matrimonio y un viaje de bodas a la Isla de Barbados. Teníamos que comprar un juego de dormitorio, pero como teníamos a un carpintero amigo, convinimos con él su fabricación, igualmente una nevera, una cocina y otros artefactos y muebles para la casa.Uno de los problemas que confrontamos fue seleccionar los invitados, ya que la casa era pequeña para un matrimonio y los dos teníamos muchas personas y familias que invitar. Resolvimos el problema programando el matrimonio para horas de la mañana.Los días previos al matrimonio fueron muy agitados ya que fijada la fecha para el 13 de Diciembre, se acercaba el día y todavía faltaban cosas por hacer. Finalmente y a empujones terminamos los preparativos y nos casamos en la fecha prevista en la Iglesia de El Valle, adornado ricamente y con asistencia numerosa de familiares y amigos. La fiesta fue rumbosa, abundancia de licores y pasapalos, la casa se llenó de gente y nos dimos cuenta del error garrafal que cometimos al hacer ese matrimonio en horas de la mañana, ya que la mayoría de los invitados empató la mañana con la noche y allí permanecieron por largas horas y cuando logramos aprovechar una oportunidad para huirnos de la reunión, un grupo de amigos decidió seguirnos hasta Macuto, donde habíamos conseguido una casa prestada para pasar la noche, ya que el vuelo a Barbados salía el día siguiente a la 9.30 AM. Allí estuvieron hasta las 2.00 de la madrugada, así que solo pudimos descansar 3 horas y nos quedamos dormidos, debiendo correr para alcanzar el avión, que por suerte, estaba retrasado. Era un vuelo especial de LAV, que se realizaba una vez a la semana directo a Barbados en un equipo DC4. Llegamos como a las 12.00 M a Barbados y tomamos un taxi para el Hotel Aquatic Club House, donde habíamos reservado habitación. Era un Hotel pequeño, enclavado una parte en tierra y el resto dentro del mar, con unas playas magníficas, mansas y claras. Cuando nos estábamos registrando en la Recepción, el Gerente nos informó que la tarifa era de $ 20.oo por día y por persona, incluyendo la comida, en el entendido que eran $ antillanos, a un cambio de Bs. 2.00 por $ o sea Bs. 600.oo por los 15 días que teníamos reservados. Como yo había llevado Bs. 2.500.oo, al pagar el Hotel, me quedaban todavía Bs. 1.900.oo. Me ofrecieron el alquiler de un carro con chofer o sin chofer. El primero por $ 90.00 y el segundo por $ 60.oo. Me quedé con el carro con chofer. Por último me ofrecieron la membrecía de todos los clubes de la Isla por $20.00 Ya cubiertos todos los aspectos, nos dirigimos al comedor para almorzar con un menú rico en productos marinos y cocina internacional. Almorzamos sabroso y nos fuimos a descansar de tanto ajetreo. El día siguiente nos desayunamos en la habitación con huevos, jamón, salchichón y café con leche. Salimos con el chofer hasta la ciudad para ver los comercios, el puerto y el área central. Buscamos inútilmente una tienda donde mi esposa pudiera comprar vestidos, blusas, zapatos y otros artículos que le hacían falta, pero las tiendas de damas no tenían nada de eso por estar en otra temporada. Yo sí encontré una Sastrería con cortes de casimir ingles, donde te hacían los trajes a la medida. Mandé a hacer dos a un precio de Bs. 160.oo cada uno y dos pares de zapatos Florsheim, pero de trenzas, ya que los mocasines no eran conocidos. Nos pasamos los 14 días de luna de miel, entre baños de playa, paseos por toda la isla, que es pequeña, visita de sitios históricos y de haciendas de esclavos. Como habíamos 8 parejas en luna de miel, hacíamos grupo para conocer los clubes sociales a los que estábamos afiliados y se comía y bailaba al compás de pequeñas orquestas que tocaban música inglesa y solo conocían a Barlovento y Alma Llanera y siempre nos recibían con eso y nosotros en reciprocidad le brindábamos una botella de whisky de mejor marca, cuyo precio era Bs. 21.oo. Hicimos cierta amistad en los 14 días que estuvimos juntos, especialmente las mujeres y nosotros en particular estrechamos lazos con un matrimonio maracucho llamado Eduardo Isea, que trabajaba con un cargo importante, en el Departamento de Recursos Humanos de la Empresa Shell de Venezuela y cuando regresamos a Caracas, nos visitábamos con cierta frecuencia durante algún tiempo, hasta que dejamos de vernos y se acabaron las visitas. El día 29 de Diciembre de 1.952 regresamos de nuestra luna de miel y nos establecimos en la casa de la vecina. Todo era alegría y diariamente salíamos de visita a familiares y amigos. Me preocupaba la salud de mi esposa, pero ella era y es reacia a verse con médicos. Al llegar la Navidad y el Año Nuevo organizamos reuniones y fiestas, contentos de una nueva vida que comenzaba.En la casa había bastante gente y nosotros empezamos a pensar en la posibilidad de mudarnos. Por una simple casualidad, en el Edificio Costa Rica, ubicado en la Avda. Vollmer de San Bernardino y que era propiedad del Banco Obrero, quedó desocupado un apartamento de una habitación en Planta Baja y rápidamente me fue adjudicado en alquiler. Nos mudamos a los pocos días, logrando así nuestra independencia, no obstante que no teníamos estacionamiento para el vehículo. Le pedí a papá que me consiguiera una muchacha de servicio para que ayudara a mi señora. A los pocos días nos llegó la ayuda solicitada, pero no una muchacha, sino una señora mayor que bastante nos ayudó e hizo la vida más llevadera a la señora, ya que era graciosa y contadora de cuentos. El apartamento era de Planta Baja y tenía problema de seguridad, ya que no quise ponerle rejas, ya que estaba esperando otro en el mismo Edificio. En efecto, a los dos meses me desocuparon otro apartamento, pero en el quinto piso sin ascensor, pero eso no nos arredró y nos mudamos a él. Todo iba bien, salvo el hecho de que la tía de mi señora empezó a sentirse mal del estómago y al llevarla al médico especialista, le diagnosticaron un cáncer avanzado. Se hizo lo posible para su cura, pero fue imposible y finalmente murió. Aquello afectó muchísimo a mi señora, ya que ella fue quien la crió y la atendió como una verdadera madre. Los otros hermanos sufrieron el impacto, ya que la difunta era una santa, generosa con todo el mundo y que se dedicó a hacer el bien a todo el que la conoció. El 1.953 fue un año aciago. Comenzó con la muerte de la tía-madre de mi esposa y continuó con la desaparición de mi abuela Carmen Olimpia, la verdadera Jefa y creadora de la familia. Cuando mi tía Licha se mudó a su casa de Coche, se encontró el refugio para que toda la familia se encontrara. Allí se hacían hervidos de pato los días festivos y los fines de semana. Su marido era el primer patrocinador de las rochelas de juegos de dominó y lotería de animalitos, acompañada de mi abuela que le agradaba jugar carnaval con agua aunque no fuera fecha de carnaval, reírse de los chistes familiares y formar desordenes. Igualmente, cuando había un hecho serio que nos afectara, ella era la primera en hacerse presente. Después de fallecer la tía-madre de mi esposa, mi cuñada, la Trabajadora Social, que hizo un post grado en su materia en México, se vio obligada a renunciar al cargo que ocupaba en el Banco Obrero y entonces me acordé de mi amigo Eduardo Isea de la Shell y le planteé la posibilidad de lograr algún cargo en su Empresa. Me dijo que preparara un Curriculum, anexando sus documentos y la respectiva planilla de solicitud de empleo y que de haber algo, con el mayor gusto me ayudaría. No habían pasado 15 días cuando me llamó para decirme que había un cargo, pero en Mene Grande en el Zulia, pero que de aceptarlo, mi cuñada debía tomar posesión en una semana. Mi cuñada acepta el reto y empieza a preparar sus cosas para el viaje, pero le advierte a mi esposa que ella se lleva a la señora de servicio que tiene tantos años con ellos y que la casa va a quedar desocupada. Eso nos obliga a desocupar el apartamento de San Bernardino y mudarnos de nuevo para Coche, donde nos sentimos bien.

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