El pueblo de Río Caribe no es adicto a la carrera militar, así como tampoco es aficionado al toreo, el boxeo, el canto, el futbol, a la veterinaria ni al encantamiento de serpientes, pero sí lo atrae el peligro del mar, la aventura y la cultura en general. Desde la época de mi niñez y juventud, recuerdo la llegada al Puerto, del Barco de Guerra “General Bartolomé Salom” y lo espectacular del desembarco de su tripulación, trajeada con sus uniformes blancos, gorras de marinero y sus oficiales vestidos todos de blanco, incluyendo los zapatos y las medias. El desfile por el puerto, fue apoteósico, con sus tambores, cornetas y pifanos que alegraron a los habitantes. Tardaron muchos años para la llegada de otra nave similar a nuestro Puerto, pero anualmente nos visitaba un Cadete de la Escuela Naval de Venezuela, de nombre : El Negro Salazar, quien llegaba de vacaciones y gozaba del favor y la simpatía de la niñas del pueblo, sobre todo cuando los domingos se dirigía a pie hasta la Iglesia San Miguel, vestido con uniforme de Media Gala que una Guerrera Negra adornada con refulgente Botones dorados, Pantalones beiges con tiras azules a los lados, zapatos negros y correaje blanco que albergaba una Daga al lado derecho. Remataba con una gorra beige, templada por dentro con un aro metálico. El Barco, el Desfile y el Uniforme hizo nacer en mí y en otros jóvenes, un irresistible deseo de ser algún día Oficial de la Marina de Guerra. El Negro Salazar se graduó a los pocos años de Alferez de Navío y alcanzó en la Marina el grado de Capitán de Navío..
Después me enteré que con anterioridad se gradúo como Oficial, nuestro paisano Amadorcito Hernández, quien fue vilmente asesinado en la Vela de Coro, cuando ostentaba el Grado de Teniente de Navío y que también existió un Oficial de Marina llamado Francisco Lares, que fue el primer riocaribero en alcanzar el grado de Contralmirante, pero esa persona no la conocí personalmente. Después de esa etapa lograron graduarse en la Marina de Guerra, mis amigos: Jesus Teodoro y Juan José Molina, quienes llegaron a los grados de Capitánes de Corbeta. Despues vino como Oficial Asimilado Ismael Salazar, quien trabajaba en la Fuerza como Contador y fue uniformado como Alférez de Navío e igualmente sucedió con Hector Valdivieso, quien se asimiló como médico No puedo olvidar a mi amigo Rodolfo Prieto, quien después de una brillante carrera llegó a Capitán de Navío y fue el único oficial que se atrevió a realizar un Desfile Militar en la Avenida Bermúdez ni al Contralmirante Ricardo Hernández Hernández, un oficial modelo, inteligente y pertinaz, que alcanzó los más altos honores y goza del aprecio de todos sus compañeros..
No tengo información detallada de los paisanos que se inclinaron por las Fuerzas Terrestres, salvo de mis amigos Generales Héctor Franceschi Marcano y Humberto Hernández Grisanti, quienes alcanzaron el Grado de Generales de Brigada, con honores y distinciones muy notables,y del Coronel Jesus Enrique Gómez Guerra, que merecen una página especial de estas Glosas.
Mas adelante continuaré con los paisanos que cumplieron una labor meritoria en las Fuerzas Armada de Cooperación, la Aviación y otras Fuerzas
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