Ya la llama estaba prendida y todos los muchachos jugaban pelota hasta en la calle con bolas de papel arrugado. Los empleados de la Oficina de la Buba siguieron practicando todas las tardes en el Estadium de Sabaneta y hasta le pagaban a un muchacho para que limpiara en campo de piedras y poco a poco fuera quitando los “troncones” que habían quedado al quitar las matas, Los fines de semana, especialmente, los domingos en la mañana, se jugaban partidas con equipos formados al azar en el propio campo. Iban en aumento los muchachos que tenían verdaderos guantes de béisbol que alternativamente se prestaban al contendor en cada iining. Surgieron los grupos y sectores que querían formar equipos organizados, pero la delantera se la llevó el equipo de los Empleados de la Oficina de la Buba, que seguían practicando y semanalmente se reunían para darle consistencia al Club. Se constituyó al fín y por insistencia del Dr Abreu consiguieron la donación de los uniformes e implementos. Ya vinieron los uniformes con el nombre de “BUCHIPLUMAS B.B.C.”, con los números a la espalda. Este Club lo conformaban, además de Abreu y Sucre, otros dos empleados de la Oficina y un grupo de muchachos entusiastas que se unieron al conjunto. Después se le agregaron los hermanos Angito y Licho Bejarano, con alguna experiencia en el juego. Su meta era vencer a Carúpano, eterno rival, que estaba mucho más adelantado y de hecho tenía un super equipo juvenisl llamado “Las Estrellas de Cuba”, con triunfos acumulados contra clubes de Margarita, Cumaná y Maturín. En ese equipo militaba “Camaleón García “, el Mocho García, Lalo Pazos y otros más. Abreu contrató a tres jugadores de Carúpano para que entrenaran los fines de semana a sus novatos. Esos jugadores fueron: el célebre “Chulinga”, pitcher e infilder. “Cocoyé” Cedeño y nuestro paisano Peruchito Millán.
Esa iniciativa organizativa tuvo su repercusión y casi de inmediato, la Cooperativa Pesquera, encabezada por su Presidente, Andrés Alfonzo, empezaron a reclutar peloteros, viejos y jóvenes, para formar el Club “ MARINOS B:B C” y se inscribieron decenas de muchachos del Sector del Puerto y el Barrio El Poblado. Entre sus miembros recuerdo: a los hermanos Fuentes, llamados Juan María, “La Polla”, “Toto” y Sixto, Raúl Marín, un buen pitcher que comparaban con Julio Bracho porque dominaba a los bateadores con una bolita floja, pero enrevesada, Miguel Mañú y su hermano Arturo “Cachimbo” Navarro, Oscar Romero, Pachico Saldivia, un pitcher pequeño, pero curvero, el Negro Otilio, Catcher y jonronero, Juan Pancho el blanco y Juan Pancho el negro, Andrés Veliz, Chequelito y Eloy Guerra, Carlos el negro, Ramón Pérez, Dieguito el de Joaquina y otros. Rápidamente empezaron a cotizar para comprar los uniformes, los implementos, las pelotas y los bates. Igualmente, escogieron un terreno baldío, ubicado en la parte alta de la Playa de Tomás Guerra, que es amplio y llano y de una vez comenzaron a limpiarlo para tener su propio Estadium.
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