Estuve a punta de identificarlos como los Luciani pobres, pero es que ellos no eran pobres, ya que tenían haciendas, una tremenda casa haciendo esquina con la Plaza Bolívar, buena reputación y aprecio. No conocí a los dueños de casa, porque el señor estaba siempre en su Hacienda y la esposa, atendiendo su hogar. Recuerdo que el matrimonio tuvo 4 hijos. El primero creo que se llama Francisco, era para entonces un larguirucho parlanchín con anteojos, que muy joven se fue de Río Caribe para Maracay o Valencia y allí formó su familia. El segundo fue hembra,de nombre Josefina, muy célebre, ya que fundó la Tropa de Girls Scout y siempre estaba en los actos sociales. Era una gordita pequeña y de lentes al aire, muy bonita y con gestos hombrunos, pero un dechado de simpatía y cordialidad. El Tercero fue Chuchú, también medio gordito y que después de estudiar se fue a trabajar a una de las Islas Menores en el área del Caribe y ocupó un alto cargo en una Compañía Transnacional. En el pueblo le echaban bromas porque siempre usaba zapatos “guachicones” blancos y decían que esos bichos producían “Chicote” y se ponían hediondos. La última fue Lucrecia, un amor de mujer, sencilla, simpática y conversadora. Usaba lentes al aire y junto con Josefina, formaba parte de la Tropa de Muchachas Exploradoras.
Incluyo esta familia en este escrito, en mi deseo de nombrar al universo de grupos familiares que nacieron y vivían en Río Caribe y a medida que recuerdo los voy incluyendo sin orden ni concierto. No obstante los años transcurridos y que yo no entré nunca a esa casa, recuerdo como hoy la entrada a la misma, con un piso reluciente que daba a un zaguán, que el entreabrirse dejaba ver a un corredor donde estaba en primer plano, un juego de muebles de Venecia, formado por dos mecedores, cuatro sillas y un sofá, con una mesita en el centro, adornada con una mata sobre un mantel. El resto del corredor estaba libre, también con piso reluciente, rodeando un jardín que estaba en el medio de la casa con matas de flores de diferentes colores. Después de muchos años Lucrecia se casó con Marco Aníbal Sánchez, un muchacho de San Juan de Colón en el Estado Táchira, de muy buena familia y con quien mantuve amistad por intermedio de mi esposa, que es de esa zona. Lamentablemente Marco Aníbal murió y transcurridos años de viudez, Lucrecia se casó con un señor extranjero, a quien conozco y es un hombre muy educado y distinguido.
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